Asia

Crisis económica

China a punto de iniciar su año del Buey

Entre el estruendo de los fuegos de artificio, las compras de última hora, las visitas a los templos y los discursos políticos, los chinos celebran esta noche la llegada del año nuevo, el del Buey, según el calendario lunar.

En la festividad grande de China, equivalente a una navidad occidental, el primer ministro Wen Jiabao se desplazó hoy a la provincia de Sichuan, en el suroeste del país, para celebrar la llegada del año con las víctimas del terremoto de mayo, el peor de las últimas décadas en China, informó el diario "China Daily".
El primer ministro tiene la costumbre de recibir el nuevo año consolando a los más pobres del país, y "después de confortar a los que han perdido a sus seres queridos, o resultaron heridos, o perdieron su casa", iniciará el martes una gira europea. Wen y el presidente, Hu Jintao, pronunciaron anoche mensajes de felicitación por la llegada del año nuevo, que da paso al Festival de la Primavera en China. Hu presidió una reunión ante cuatro mil miembros del Comité Permanente del Partido Comunista de China (PCCh), de cuya llegada al poder se cumple en 2009 el sexagésimo aniversario.
Por su parte, Wen señaló que la prioridad para este año es mantener el crecimiento económico estimulando la demanda con el fin de superar la crisis global. Mientras tanto, en Pekín empezaron a tronar hoy los fuegos de artificio, después de que el Gobierno relajara la prohibición de prenderlos en el centro urbano hasta el 9 de febrero, cuando se celebra el Festival de las Linternas, coincidiendo con el décimo-quinto día del calendario lunar, informó la agencia Xinhua. Los fuegos más populares este año son las versiones en miniatura de los de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Las tradicionales ferias de año nuevo se han iniciado ya en los templos budistas y taoístas de China, y en ellos se venden objetos de la buena fortuna, se piden deseos para el año nuevo y se disfruta de las actuaciones de sombras chinescas, marionetas chinas o de la danza del león. La llegada del año supone también un aluvión de millones de mensajes de móvil de felicitación en el país que más usa el celular, con cerca de 600 millones de unidades, mientras que la gala de la Televisión Central China es el programa con mayor audiencia del año.
El año nuevo se celebra en familia, por lo que 200 millones de inmigrantes que trabajan en las urbes abarrotan estaciones y trenes, y a pesar de las gélidas temperaturas de este año y del desempleo que ha traído la crisis, están previstos 2.320 millones de desplazamientos. La crisis también ha afectado la cuantía de dinero que se introduce en los "hong bao", los sobrecitos rojos que se regalan a los familiares estos días.
Los comercios cerraron esta tarde en China cuatro horas antes de lo habitual, para que todos tengan tiempo de preparar el ágape de esta noche, cargado de simbología para atraer la fortuna material. Las familias empiezan a amasar a estas horas los tradicionales "jiaozi", las empanadillas chinas al vapor rellenas de verduras y carne que, como los rollitos de primavera, representan la riqueza.
Las mandarinas, naranjas y pomelos no pueden faltar en la mesa, ya que sus nombres en mandarín se asemejan a las palabras "suerte", "riqueza"y "tener". Servir un pollo entero representa la unión de la familia; los tradicionales fideos largos la longevidad, por lo que no es recomendable cortarlos; y el pescado representa la "abundancia", también por semejanza fonética. El pescado se debe servir entero, con cabeza y cola, para invocar un buen final y comienzo de año.
De esta manera, China dice adiós a su año de la Rata, el año en el que celebró sus primeros Juegos Olímpicos, sufrió su peor terremoto del siglo, los tumultos en el Tíbet, celebró su primer paseo espacial y sintió en sus carnes el impacto de la crisis. El año nuevo lunar chino se celebra en China, Taiwán, Corea, Mongolia, Nepal, Bután, Vietnam y en países con grandes colonias chinas como Singapur, Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia.