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Circo del Sol: el mundo en sus manos mano

La Razón
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Pocos espectáculos representan como los del Cirque du Soleil la equivalencia entre escenario e imaginación. Cada montaje de la compañía canadiense -hoy en día convertida en una multinacional con seis producciones de gira por el mundo- transporta a los neófitos y a los seguidores fieles a realidades inesperadas. El proyecto que supo reciclar los lenguajes clásicos circenses para ofrecerlos al gran público en un cuidado envoltorio estético que incluye danza, teatro y música vuelve a Madrid con «Varekai», un espectáculo creado y dirigido por Dominic Champagne en 2002, pero inédito en España. Ayer, el Circo del Sol abrió sus puertas a la prensa para asistir al levantamiento de la carpa principal: dentro de una semana, ese mismo espacio bullirá de vida con números como el aro áereo, los columpios rusos, las danzas georgianas, las correas aéreas, los equilibrios sobre bastones o el triple trapecio. Sin olvidar los expertos payasos, marca de la casa. el chico con alas Pero, quien ha visto al Cirque antes (en España han estado con montajes como «Alegría», «Quidam» y «Dralion») sabe que ofrecen mucho más: una propuesta completa que aúna marketing, innovación, ilusión y calidad. Christelle Albert, adjunta del director general de la gira de «Varekai» (también de «Quidam») explicó a LA RAZÓN las diferencias de esta propuesta respecto a otras de la compañía: «Lo especial de ¿Varekai¿ es que es un espectáculo para toda la familia. Tiene números para mujeres, para hombres, para los más pequeños... Es un mundo fantástico, mágico, con muchos colores y el ambiente especial que crea la música». Aunque al final hablemos de trapecios y malabaristas, cada espectáculo del Cirque adopta una idea de fondo, un «leit motiv» a partir del cual levantan un edificio estético y semi narrativo. «En esta ocasión es la historia de un chico que viene del cielo y encuentra un bosque en un volcán mágico. Está basado un poco en el mito de Ícaro. La idea de Dominic Champagne fue hacer un homenaje al espíritu y la idea del nómada», explica Albert. «En el idioma romaní, de los gitanos, ¿varekai¿ quiere decir cualquier lugar: el protagonista es un chico que podría estar en cualquier sitio y se encuentra a todos estos seres fantásticas». Aunque, aclara, «cada persona se le dará un significado al espectáculo». Entre las escenas innovadoras, añade, «hay una en particular, Los Juegos de Ícaro, que son malabaristas de pie; es un antiguo número circense que hace tiempo que no se veía, ni siquiera en otros espectáculos del Circo del Sol. Además, lo realizan cinco chicos, y tres de ellos son madrileños, los Santos: dos gemelos y su hermano. Hace años que trabajan con ¿Varekai¿ y vienen de una familia con siete generaciones de circo». No son los únicos: hay mucha tradición en las venas de este proyecto creado en 1984 por Guy Laliberté, aunque haya también innovación y se alejen de tradiciones como la de los leones y los caballos (una de las normas del Cirque du Soleil es no emplear nunca animales). Cuenta Albert que hoy en día, el Cirque «es un lugar en el que tratamos de hacer nuevas cosas todo el tiempo e ir un poco por delante en la creación de números. Aunque, claramente, es teatro acrobático: no es un circo tradicional, pero hay muchos elementos que vienen de este mundo. A eso se suman la música y los cantantes en vivo, las escenografías espectaculares, el maquillaje, los trajes... Todo unido da la definición del Circo del Sol». ¿dónde: Recinto Ferial - Casa de Campo. Madrid. ¿cuándo: 13 nov-21 dic. ¿cuánto: 25-95 euros.