Barcelona

Dolor y rabia en el funeral por los cuatro niños fallecidos en Sant Boi

El pabellón La Parellada de Sant Boi (Barcelona) se quedó pequeño para acoger el funeral por Eric, Joel, Mario y Xavier, los cuatro niños fallecidos el pasado sábado tras desplomarse el techo de un polideportivo mientras jugaban a béisbol.

Dolor y rabia en el funeral por los cuatro niños fallecidos en Sant Boi
Dolor y rabia en el funeral por los cuatro niños fallecidos en Sant Boilarazon

La ceremonia oficiada por el obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustín Cortés, contó con la presencia del presidente de la Generalitat, José Montilla; la ministra de Defensa, Carme Chacón; más allá del consejero de Interior, Joan Saura, los populares Jorge Fernández Díaz y Alicia Sánchez Camacho, o Artur Mas y el alcalde de Sant Boi, Jaume Bosch (PSC), entre otros. El polideportivo, entre nuevas y fuertes ráfagas de viento, se llenó de dolor y rabia por la muerte de los pequeños. Hubo más de 2.000 asistentes, pero centenares de vecinos se quedaron fuera, entre quejas. «No hay derecho a que familiares de las víctimas no puedan entrar», comentó un vecino. Consternación general La consternación era general. Los niños eran muy conocidos en el barrio de Camps Blancs y uno de ellos, Mario, era sobrino de la concejal del PP en Sant Boi Marina Lozano. El momento más emotivo fue la llegada de los féretros. Entre aplausos, entraron los padres y familiares de los menores. La mayoría de gente lloraba y ses preguntaba por qué, como ocurrió por ejemplo en el País Vasco, en Cataluña no se suspendieron las actividades deportivas pese a la alerta. Las familias decidieron que el funeral sería conjunto y sin fotógrafos ni cámaras de televisión. Tras numerosas y fuertes protestas de personas que intentaron entrar sin éxito al recinto, el obispo ofició una emotiva ceremonia que empezó con la interpretación de «El cant dels ocells». Entre los asistentes, destacó especialmente la presencia del resto del equipo de béisbol de las víctimas, vestidos con su uniforme. La pista y las gradas estaban repletas. Pese al dolor, afloró también la rabia. Básicamente, contra el Ayuntamiento de Sant Boi. Tras conocerse que en 2007 estaba prevista una reforma del polideportivo hundido, llovieron las críticas. Entre sollozos, una vecina comentó que «parece que vale más el dinero que cuatro vidas humanas». «La gente del barrio sabíamos que el pabellón estaba en estado ruinoso», espetó otro. La buena noticia del día es que uno de los siete niños que aún estaban ingresados recibió el alta. Otros dos continúan en la UCI, aunque su vida no corre peligro. No obstante, el monitor del equipo sigue en estado grave. En un ámbito más político, el director general de Protección Civil, Josep Ramón Mora, admitió que «se puede mejorar la capacidad de hacer frente a fenómenos meteorológicos extraordinarios como estas rachas de viento». Mora añadió que «ante a futuros episodios similares, tenemos que mejorar la coordinación con los medios de comunicación, mejorar el protocolo». Hasta ayer, Saura había dicho que «la actuación del Govern fue impecable».