Sevilla
Dos españoles a la espera de un donante de cara
Hay que esperar a que surja un donante con el mismo grupo sanguíneo, tono de piel, tamaño y sexo que los receptores.
madrid- Andalucía y la Comunidad Valenciana llevarán a cabo los dos primeros trasplantes de cara de España en los próximos meses, después de que la Comisión de Trasplantes del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud diera ayer su visto bueno a los dos candidatos presentados por los hospitales de La Fe de Valencia y Virgen del Rocío de Sevilla. «Son pacientes con patologías muy deformantes, con implicaciones no sólo estéticas sino también de deterioro de las funciones de otros órganos de la cara, como la visión o la boca», explicó a este periódico Rafael Matesanz, coordinador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Poco más sabremos de los dos primeros españoles que estrenarán nuevo rostro, salvo que ellos decidan dar su nueva cara en los medios de comunicación.Será el azar el que determinará si es el equipo de Pedro Cavadas en el Hospital La Fe o el de Tomás Gómez en el Hospital Virgen del Rocío el primero que realiza la operación en nuestro país. Ambos cirujanos están especializados en la reimplantación de miembros amputados y reconstrucciones de zonas maltrechas con tejidos propios. Tras el visto bueno de la Comisión del Ministerio de Sanidad, habrá que esperar a que surja el donante adecuado para cada paciente. Por lo pronto, la ONT ya ha introducido las características de los dos pacientes en su base de datos, al igual que hace con el resto de enfermos que requieren trasplantes de hígado, corazón o cualquier otro órgano sólido. La aguja en el pajarMatesanz reconoció que la localización de un donante compatible «es complicada por dificultad estadística», porque debe tener «el mismo tamaño, sexo, grupo sanguíneo y tono de piel» que el receptor, además de fallecer cerca del hospital donde se trasplantará el rostro, pues «se quiere que en estos primeros casos el tiempo de traslado no sea superior a las dos horas», explica Matesanz.Por su parte, la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética explicó que sólo podrán realizarse durante las 10 horas posteriores a la muerte del donante, informa Ep.Tras localizar al donante idóneo, los cirujanos realizarán la complicada cirugía en la que se ensambla la cara del fallecido incluidos grasa subyacente, nervios y vasos sanguíneos, pero no músculos. El resultado será un nuevo rostro, pero no el del difunto: «El receptor no recibe los rasgos faciales del donante porque su estructura ósea sigue siendo la misma», explicó Matesanz. Para el cirujano valenciano Pedro Cavadas, el trasplante de cara es «técnicamente más difícil», porque es un órgano visible, pero por lo demás «sigue el mismo proceso que un trasplante normal», informa Efe.La decisión de dar luz verde al injerto facial se limita a los dos casos presentados por Sevilla y Valencia. «Los hospitales seleccionados no disponen de la autorización de forma indefinida, sino que habrá que analizar caso por caso», comenta Matesanz. «De momento no hay más candidatos», confirma, si bien otros hospitales españoles, como el de Bellvitge de Barcelona o el madrileño 12 de Octubre, han mostrado su deseo de que en sus instalaciones también se practiquen este tipo de intervenciones. «Sus comunidades autónomas tendrán que decidir si es una prestación que quieren ofrecer. Luego, en la ONT nos encargaremos de que pase el menor tiempo posible entre que se presenta el candidato y se estudia su caso», señala Matesanz. En estos dos primeros pacientes apenas ha transcurrido un mes desde que se presentaron los expedientes hasta que han recibido el visto bueno de la Comisión de Trasplantes.Cuando se trasplante la primera cara, España se convertirá en el cuarto país del mundo que practica esta intervención que, de momento, sólo se ha realizado siete veces: cuatro en Francia, dos en Estados Unidos y una en China.Tanto los españoles como el resto de injertos faciales del mundo son parciales. El primero del mundo de este tipo fue el de la francesa Isabelle Dinoire, que recibió sólo el triángulo inferior del rostro –nariz y boca–, mientras que el resto ha recibido fragmentos más o menos extensos. «Todavía no se ha planteado el trasplante total de cara en ningún lugar», confirma Matesanz.Los pacientes que reciben un rostro ajeno tienen que tomar medicación inmunosupresora durante el resto de su vida para evitar que su sistema inmunológico ataque y rechace al cuerpo extraño que se les ha implantado. Esta medicación no está exenta de efectos secundarios, de ahí que el trasplante de cara quede como un último recurso para casos muy seleccionados en los que ya no hay otra alternativa.
AnálisisCuando la cara deja de ser el espejo del alma - ¿Plantea problemas éticos el trasplante de cara?–No. La intervención se limita a solucionar deformidades muy graves que no sólo merman la estética del paciente, sino que le impiden realizar funciones básicas como ver, hablar o comer. Además, como no se trasplanta la musculatura es el receptor el que con su estructura ósea y sus expresiones faciales –que provoca el cerebro– confiere la personalidad al rostro que recibe. La intervención ayuda a resolver el aislamiento y el daño a la personalidad del individuo gravemente deformado.- ¿Puede tener consecuencias psicológicas en el receptor?–Sí. El rostro resultante no tiene nada que ver con la imagen que el paciente tenía antes de quedar deformado. Los efectos psicológicos del procedimiento pueden incluir remordimiento, decepción o pena o culpabilidad hacia el donante.- ¿Acarreará problemas de tipo jurídico? –El presidente de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica (AEBI), el doctor Manuel de Santiago, explica que podría generar «problemas jurídicos», derivados del hecho novedoso de que un individuo lleve la cara de otro con diferente identidad. De Santiago ha recordado que solventar los problemas jurídicos que plantea esta nueva situación fue el motivo por el que el Gobierno francés «tardó varios años» en aprobar la realización de este tipo de intervenciones. En cualquier caso, de momento sólo se practican en el mundo trasplantes parciales del rostro, no totales de todo el óvalo facial.
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