Prevención

El perfil del enfermo

La Razón
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El emocional. Tiende a llorar o a disgustarse, sobre todo cuando no siente bien. Las emociones intensas pueden abrumar e impiden una percepción objetiva de la situación.

El «sabelotodo». A veces piensa que un periódico o un sitio web le pueden proporcionar mejor información que su médico. Aunque es útil, la información de los libros y de internet trata sobre generalidades. No hay dos casos clínicos idénticos. Nadie arriesgaría sus bienes por unos consejos de bolsa en internet.

El tímido. Tiene miedo de parecer estúpido si hace una pregunta «tonta». No hay cuestiones tontas cuando se trata de su salud. El médico no debe de molestarse por sus preguntas, al contrario, percibirá un interés por el tiempo que le dedica y por la labor que desarrolla. Verle motivado agradará al médico.

El divagante. Está abrumado por sus problemas de salud y no sabe por dónde empezar. El profesional no puede solucionar todos los problemas en una sola consulta. No basta con contar todo, hay que hacerlo con método, dando al médico la posibilidad de atender y entender.

El doctor, un «todopoderoso». Cree que su médico puede hacer milagros y resolver todos sus problemas. El paciente se encuentra desposeído del conocimiento científico del médico y en un medio que le es desconocido y a menudo hostil. Cada persona debe responsabilizarse de su propia salud.