África

Parlamento Regional

El PP defenderá la libertad de expresión del Papa

El PP defenderá la libertad de expresión del Papa
El PP defenderá la libertad de expresión del Papalarazon

«No» categórico. «No» incluso al sentido de que el Congreso ocupe parte de su tiempo en debatir sobre si hay o no que reprobar al Papa por sus declaraciones sobre la posición de la Iglesia católica. El PP se opondrá tanto en comisión como en Pleno a la iniciativa de la izquierda en ese sentido. Fuentes de la dirección del Grupo Popular adelantaron ayer a LA RAZÓN los dos argumentos básicos en los que fundamentarán su posición en el caso de que, finalmente, llegue a tramitarse la proposición no de ley del grupo de IU-ERC-ICV. Por un lado, la defensa del derecho de Su Santidad a emitir libremente sus opiniones. Por otro, el sinsentido de que las Cortes Generales reprueben al líder de la Iglesia Católica y al jefe de un Estado con el que España mantiene relaciones. Ligada a estas dos ideas principales irá, por supuesto, la defensa de la libertad de creencia. La «plana mayor» del principal partido de la oposición rechazó ayer tajantemente, a preguntas de este periódico, la «extravagante» propuesta que la Mesa del Congreso calificó el pasado martes. Dos diputadas populares votaron a favor de su tramitación por motivos de respeto a los procedimientos reglamentarios, sin entrar en el fondo de la cuestión. En cualquier caso, desde la dirección del Grupo Popular se deja claro que el PP defenderá en el Parlamento que el Papa tiene pleno derecho a opinar lo que considere oportuno por su condición de ciudadano individual, como líder de la Iglesia católica y como jefe de un Estado. El objeto de la controversia son las palabras de Benedicto XVI contra el uso del preservativo en la lucha contra el sida, que pronunció durante su último viaje a África.«Aunque por medio no estuviera la figura del Papa, el Congreso español no puede ni deber perder en ningún caso el tiempo en reprobar opiniones que no son injuriosas contra España ni que atentan contra nuestro ordenamiento jurídico», señalan en el PP. Su doctrina ante este debate también se sostiene en la tesis de que las manifestaciones de Su Santidad no tienen ninguna consecuencia en nuestro marco legal ni son coercitivas. «Como líder espiritual, está en su derecho de fijar posición en todos los asuntos, y los ciudadanos eligen libremente si siguen o no el camino que él marca». En el Grupo Popular se apunta con especial saña contra las «prioridades» de la izquierda en un momento social tan «dramático», «con cuatro millones de parados, con un millón de familias con todos sus miembros sin trabajo y cuando el Gobierno está metiendo la tijera en algunas políticas sociales». «Es difícil que el electorado de la izquierda entienda que a sus representantes en las Cortes les preocupa más cargar contra el Papa que la crisis económica». ANÁLISIS: La iniciativa podría tramitarse en Pleno o en comisión- La tramitación de la iniciativa contra el Papa.–Una vez calificada por la Mesa del Congreso, la propuesta de reprobación del Papa forma parte del stock de iniciativas del grupo parlamentario de ERC-IU-ICV. Es, por tanto, potestad de este grupo decidir en qué orden del día quiere que se incluya para su tramitación parlamentaria.- ¿Puede bloquearla la Junta de Portavoces?–La calificación de la Mesa le da vía libre para que se discuta en Pleno o en comisión. La izquierda deja la puerta abierta a las dos posibilidades. Si, finalmente, apuesta por elevarla al Pleno de la Cámara, tendrá que comunicarlo a la Junta de Portavoces, quien se limitará a preguntar si la medida cumple los requisitos necesarios para su debate. Basta con la citada calificación y con que haya sido publicada.- ¿Qué pasará en el debate parlamentario?–Sea o no sea tumbada por la mayoría parlamentaria, un debate con Su Santidad como protagonista tendría repercusión fuera de nuestras fronteras y provocaría una reacción de la Iglesia católica. - ¿Consecuencias para la izquierda? –El grupo de IU-ERC-ICV tendrá que valorar si es oportuno irrumpir con esta propuesta en un momento en el que la agenda está marcada por el drama de la consecuencias sociales de la crisis.