París

«Es el que más se lo merece»

Nadal felicita a su gran rival por el triunfo en París / «Sabía que el día que no estuviera Rafa en la final yo ganaría», dijo el suizo / «Es el mejor de la historia», opina Sampras

«Es el que más se lo merece»
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«Ahora puedo jugar en paz el resto de mi carrera y no escuchar más que nunca he ganado Roland Garros». Las lágrimas de Roger Federer arrastraban consigo una gran cantidad de sentimientos, entre los que eran protagonistas la alegría y el alivio. Muchos ya consideraban al suizo el mejor tenista de la historia, el más completo; muchos otros lo dudaban porque no había conquistado París. Le faltaba el «Grand Slam» sobre tierra para unirse a Andre Agassi, Roy Emerson, Fred Perry, Rod Laver y Don Budge como únicos ganadores en la historia de los cuatro títulos más importantes. Le faltaba un «grande» para igualar los catorce de Pete Sampras, el récord. Ya lo ha conseguido todo. «Esto pone fin a la discusión», expresó Andre Agassi. «Es el mejor de la historia», opina «Pistol» Pete, que nun- ca pudo ganar en Francia, sólo ser semifinalista una vez. El estadounidense ya no está solo con sus catorce títulos, pero cree que será de forma momentánea: «Estoy seguro de que Roger va a seguir y ganar muchos más». «No estoy jubilado, todavía me quedan algunos años para lograr lo mejor de mi carrera», afirmó el suizo tras el triunfo. «Federer es el que más se lo merece», aseguró a Efe Rafa Nadal, el número uno del mundo, su gran enemigo, el que le ha im- pedido ganar Roland Garros mucho antes y que le impidió sumar su decimocuarto «grande» en enero en el Abierto de Australia. Allí también lloró, pero de impotencia. «Sabía que el día que Rafa no estuviera en la final yo estaría aquí y la ganaría. Siempre lo supe y creí en ello, y es exactamente lo que ha sucedido», reconoció Federer. Desde que el español cayó en octavos ante Soderling, el helvético tenía una presión que no había sentido antes, pese a su amplio palmarés. Era su gran oportunidad, todos esperaban su triunfo, la gente le paraba por la calle para darle ánimos, y no lo ha desaprovechado. No es un título más. «Siempre me he sentido orgulloso de mi carrera y he logrado más de lo que pensé. Mi sueño desde niño era ganar Wimbledon un día y lo hice cinco veces, como si una fuera suficiente, pero esta victoria se coloca ahora por encima de las demás y me hace pensar en el gran jugador en que me he convertido», reflexionaba el número dos del mundo. Agassi le dio la Copa de los Mosqueteros que tanto ansiaba. Las lágrimas no se cortaban en el rostro del suizo. «Mucha gente dice que es mejor ser afortunado que bueno. Yo prefiero ser Roger Federer a afortunado», dijo el ex tenista