Jaime Mayor Oreja

«Gürtel no está en el eje de mi campaña no se decide en Europa»

Es un torrente de palabras, un verbo irrefrenable, un hombre que cuando llegó al PSOE podía estar horas enhebrando subordinadas. Hoy, ha aprendido la disciplina. Le importa, le afecta, tiene en cuenta la crítica..., y por fin es capaz de glosar con sujeto, verbo y predicado una idea, un reproche o el futuro de Europa.

«Gürtel no estáen el eje de mi campaña; no se decide en Europa»
«Gürtel no estáen el eje de mi campaña; no se decide en Europa»larazon

MADRID- Le repugna el juego sucio; detesta el barrizal por el que en ocasiones se desliza la política; sufre pero acepta la crítica; es hombre de palabra al que le cuesta aceptar sin más las consignas de partido; se mueve por convicciones, muy profundas y muy escoradas hacia el ala más a la izquierda del PSOE. Se le ilumina la cara cuando habla de su reciente paternidad; se le entristecen los ojos cuando recuerda que desde que nacieron hace tres semanas sus gemelos, Javier e Isabel, sólo los ha podido ver dos días, y se ríe cuando cuenta que ha instalado una «webcam» para acercar con la tecnología lo que uno se pierde cuando se dedica al cien por ciento a la política.–Si todo lo que preocupa al mundo se resuelve con Europa o en Europa, ¿cómo se explica la alta abstención que pronostican todas las encuestas?–Yo busco la participación, y digo todos los días: te importa, te afecta, va contigo; el Parlamento europeo representa tu ciudadanía, y te afecta; si no votas, de todos modos, te va a afectar con sus decisiones. De manera que mejor que sea con tu voto que a tus espaldas, contra ti o pasándote por encima. Estoy haciendo la campaña más movilizadora y busco la mayor participación. Por tanto, combato esa impresión de que Europa es remota –porque somos nosotros– y esa impresión de que los ciudadanos no comprenden Europa; creo que está mal explicada. Cumplo con mi deber de explicarla todos los días. –¿Y no cree que los políticos más que inspirar el voto lo desaniman?–Yo estoy animándolo, busco la movilización y la participación. También en esto marco una línea divisoria con la estrategia del PP, que confía más en las abstenciones que en los votos porque sabe que sus valores no son mayoritarios en la sociedad, y sólo pueden parecerlo por incomparecencia de los valores que los socialistas representamos.–¿Es consciente de la lectura nacional que se hará el 8-J?–Soy consciente de que será la que haga el PP. Confío en la madurez de la ciudadanía, que lleva 30 años votando. Los españoles saben que lo que está en juego el próximo 7 de junio no es el Gobierno de España, sino el futuro de Europa. –Si es sólo el PP quien busca la clave nacional, ¿por qué el PSOE utiliza en el debate electoral el Yak-42 o el «caso Gürtel»?–Hay un debate nacional, pero es paralelo al europeo. Ninguno de esos argumentos de la política nacional es eje de la campaña que yo lidero. Lo que sí creo es que el PP no pone frente a la crisis ninguna solución, ninguna propuesta, sólo explota el malestar. Pero los ciudadanos saben que si el PP pudiese aplicar su recetario, los más modestos y los más humildes lo estarían pasando muchísimo peor, entre ellos los parados. –Pues ya que habla de recetarios, dice Felipe González que este Gobierno podría haber hecho más contra la crisis económica.–He prestado atención a Felipe, y una vez más constato que lo que dijo no fue eso, sino que la UE debería estar haciendo mucho más. Y estoy de acuerdo. ¡Claro que hay que hacer muchísimo más! En ayuda al desarrollo, en prevención de los tráficos ilícitos y de la inmigración, en reafirmación del modelo social y en relanzamiento de la economía y el empleo. De eso se trata a partir del 7 de junio.–¿El Gobierno está haciendo, pues, lo que debe para combatir el paro? –Todo el mundo sabe que nuestro modelo de crecimiento ha generado durante 14 años de bonanza más empleo que ninguna economía de nuestro entorno, y cuando ha llegado la crisis lo ha destruido con mayor intensidad y más deprisa. Ahora se trata de cambiarlo, pero no de regocijarse con las cifras del paro. No comparto la visión lóbrega y pesimista que esgrime el PP y que encubre su regocijo al recontar los parados con avaricia. Creo que vamos a mejorar, que está a nuestro alcance, también que esto no va a pasar de la noche a la mañana. Creo que esto requiere liderazgo político, y el Gobierno lo está ejerciendo en la dirección correcta. Vamos a salir de ésta y vamos a salir mejores.–¿Qué les diría a quienes creen que a partir del 8-J se empezará a atisbar el principio del fin de la era Zapatero?–Que lo desea el PP es evidente, pero la palabra la tienen los ciudadanos. Y en política estamos a disposición de la ciudadanía y a su servicio, pero cumpliendo con nuestro deber. Los ciudadanos nos han dado su confianza mayoritaria hace tan sólo un año, y vamos a cumplir con nuestro deber gobernando hasta 2012, sacando a España de este bache, confiando en este país y mejorándolo. Vamos a cumplir con nuestra tarea, y estoy convencido de que el resultado va a ser una revalidación de la confianza de los españoles. –Parece que no es el PP el único que piensa que la situación del Gobierno es agónica. El PNV ya ha dicho que no haría ascos a una moción de censura.–Sus opciones son legítimas, pero les corresponderá explicar esa contradicción con el partido de Santiago y se rompe España, y desmentir la clara apariencia de berrinche que respira esa perspectiva incongruente con lo que representa el PNV y la demonización que ha practicado durante demasiados años el PP de todos los nacionalismos.–Si los conservadores y sus recetas nos han metido en esta crisis, como sostienen ustedes, ¿cómo se explica que el PSOE defienda la candidatura del conservador José Manuel Durao Barroso para presidir la Comisión Europa?–El futuro no está escrito. Durao Barroso ha sido el presidente de la Comisión Europea durante los últimos cinco años por la correlación de fuerzas de hace cinco años: una mayoría de estados con gobiernos escorados a la derecha, y un Parlamento en el que el Grupo Popular es el primero de la Cámara. El 7 de junio comenzamos el cambio de rumbo que requiere la UE. Queremos que el Grupo Socialista sea el primero del Parlamento que viene, lo que deberá imprimir carácter a la composición de la Comisión y a su orientación, además de a la fijación de las prioridades y a la asignación de los presupuestos. Los ciudadanos tienen la palabra. Yo constato que ni los socialistas europeos ni los españoles han comprometido el apoyo a Durao Barroso. Sé que el presidente del Gobierno ha manifestado su disposición a construir un consenso sobre esa propuesta, y lo entiendo bien, pero el Parlamento europeo codecidirá.–¿Qué le parece la decisión del Constitucional de permitir la participación de la lista de Alfonso Sastre previamente anulada por el Supremo por estar bajo la influencia de ETA?–Apoyé la ley de partidos, y pedí el voto favorable de mi grupo en la oposición; la hice cumplir como ministro; promoví a través de la Abogacía del Estado acciones de ilegalización que prosperaron… También en esta ocasión la Abogacía del Estado, en representación del Gobierno y la Fiscalía, por su carril promovió la ilegalización de esta formación ante el Tribunal Supremo, y esa acción tuvo éxito. Pero la cúspide de nuestro sistema constitucional es el TC, y por tanto esto también es el Estado de Derecho funcionando. No es la última palabra porque la ley contempla previsiones para incoar acciones posteriores en función de evidencias sobrevenidas. Ya han empezado a acumularse. El Gobierno está alerta.–¿Cómo cree que afectará el «caso Gürtel» al PP en estas elecciones?–Los ciudadanos tienen la palabra. Pero yo estoy hablando de Europa. He leído algún reproche porque no aduje el «caso Gürtel» durante mi primer debate en televisión con Mayor Oreja…–Sí, venían de su partido...–La respuesta es simple: esto no se decide en Europa, pero los ciudadanos tienen derecho a enjuiciar la coherencia y la ética que cada uno muestra. Eso sí, al margen de lo que deban decir los tribunales de justicia, es democráticamente intolerable que cada vez que las instituciones del Estado de Derecho hacen su trabajo investigando casos de corrupción en el PP, éste reaccione intimidando, amedrentando o achantando a quien se atreva a investigarla. Es democráticamente inaceptable, y los ciudadanos tienen la palabra para enjuiciarlo.–¿Está satisfecho con los vídeos electorales del PSOE?–Mueven a la movilización, mueven a la participación y eso molesta a la derecha. El primero de ellos recuerda que el voto tiene fuerza transformadora en democracia. Pasó en los Estados Unidos, ahora nos toca a los europeos, sé que eso molesta a la derecha. El segundo recuerda que en Europa hay muchos nichos de eurofobia, xenofobia, rechazo a la diversidad y miedo al futuro. Esas actitudes van a votar y se van a hacer presentes el 7 de junio. Si no son mayoritarias en la sociedad, ¿por qué van a serlo en las urnas? ¿Por incomparecencia de los valores mayoritarios? También eso mueve a la participación y, claro, eso molesta a la derecha. Todo el mundo entiende que en campaña las fuerzas políticas ejerciten sus recursos expresivos, pero la idea es: te afecta, te importa, por tanto vayamos a votar el 7 de junio, y decidamos el futuro que nos merecemos. No permitamos que Europa sea la que no queremos o la que tememos, hagamos juntos la que queremos y la que merecemos.–Se lo voy a preguntar de otra forma, ¿de verdad cree que el PP es homófobo, xenófobo y radical?–Lo diré de este modo: esas actitudes existen realmente, y van a votar el 7 de junio. Creo que es fácil adivinar por quién. –¿Está satisfecho del resultado del primer debate en TV con Mayor Oreja?–Por supuesto. Todo lo que se dijo sobre Europa en ese debate lo puse yo encima de la mesa. El candidato del PP sólo habló de España, pero mal. No mostró ninguna confianza en este país, delineó un paisaje lóbrego, pesimista, y auguró que no habiendo tocado fondo, lo peor está todavía por llegar. Yo digo que no, que saldremos de ésta y no a costa de quien sea ni pasando por encima de quien sea. Saldremos, y lo haremos con impulso socialdemócrata, en España y en Europa.–¿Le molestó cuando Jaime Mayor Oreja aludió a sus caricaturas y a su guitarra?–Creo que fueron ostensibles los intentos de agresión personal con las alusiones continuadas a la caricatura y a la guitarra. Muestran su incomprensión hacia quienes estamos en política y, además, tenemos una vida creativa, espiritual e intelectual, que va mucho más allá. –¿Por qué evitó confrontar sobre el aborto y el bilingüismo?–La visión política que trasladó resultaba evidentemente retrógrada y recalcitrante, alejada de los valores mayoritarios de la sociedad española. No es verdad que en España haya un único arquetipo de familia, no es verdad que el castellano esté prohibido en muchas comunidades autónomas, no es verdad que el Estado imponga una moral y no es verdad que la interrupción voluntaria del embarazo sea un delito contra la vida humana y las personas, entre otras cosas porque el PP convivió con una ley promovida por el PSOE hace 25 años sin cambiarla. Entonces se despenalizó ese hecho en determinados supuestos. Se trata ahora de ofrecer mayor seguridad jurídica a la libertad de la mujer en una decisión que es siempre tensa y muy a menudo dramática. Pero ese discurso, profundamente alejado de las percepciones mayoritarias de la sociedad española, no necesitó que yo lo alentara, se fue revelando sin mi ayuda. Por tanto yo cumplí con mi trabajo hablando de Europa.–¿Se arrepiente de haber igualado a Mayor Oreja con el franquismo?–No igualé ni equiparé, puse en evidencia que el candidato del PP se negó en el Parlamento europeo a condenar el franquismo. Además, declaró que el franquismo fue una etapa literalmente y entre comillas «plácida». Y así será recordado por muchos años. Yo represento a quienes no la recuerdan como una etapa de placidez, sino como una dictadura que retrasó durante muchos años nuestra incorporación a Europa y se llevó la vida y la libertad de muchísimos españoles por delante. El 7 de junio se elige entre dos modelos: el del PP es lóbrego y mira con nostalgia al pasado, y no a la España pujante que avanza en Europa.–Vaya, que en el debate de mañana de Antena-3 seguirá orillando los temas nacionales.–Soy muy exigente, pero estoy intentado cumplir con mi deber, hablar de Europa, y no de asuntos de política española que no se deciden el 7 de junio, y menos aún desde un enfoque profundamente negativo alejado de los valores mayoritarios y de la realidad, como exhibió el candidato Mayor Oreja.

«Una demagogia inaceptable»–¿Debe ir un presidente del Gobierno a un mitin de partido en un avión militar?–Las decisiones en las que se integran variables de seguridad no las adopta el presidente, sino el equipo que se responsabiliza de su protección. Pero es inaceptable que una vez más la demagogia del PP intente focalizar este asunto para encubrir tantos casos de corrupción abominables de los que no dan una sola respuesta, y mucho menos ninguna responsabilidad. –La corrupción es un asunto del que ningún partido está exento, tampoco el PSOE.–La corrupción es un mal absoluto. Debe ser combatida en todas partes por las instituciones del Estado de Derecho, caiga quien caiga. En la respuesta está la diferencia porque cuando la corrupción afecta a algún socialista, el PSOE respeta la actuación judicial y aparta a los implicados de toda responsabilidad. Cuando afecta al PP, su reacción consiste en una avalancha de amedrentamiento de las instituciones que investigan, cuando no en la interposición de querellas a quienes se atreven a investigarla para intimidar. Es inaceptable.

¿Un viaje de ida y vuelta?–¿Europa es para usted un viaje de ida y vuelta?–Soy europeo, como usted y como los lectores de LA RAZÓN, todos somos europeos. Cuando me preguntan: ¿Te vas a Europa? Respondo: estoy en Europa. El Parlamento nos representa como ciudadanos europeos. En política, estoy a disposición de la camiseta que visto y del equipo. Nada está escrito, pero estoy a disposición de mis compañeros y de la ciudadanía.–¿Tampoco está escrito que la página de la política canaria la haya pasado definitivamente?–Estoy a disposición de un proyecto que es más importante que uno mismo. Es por eso que, que…–Que no lo tiene claro, vaya…–Por amor a mi tierra fui candidato a Canarias y por eso mismo estoy siendo candidato en Europa.