San Martín
El día de San Martín
Hay una cosa segura en la vida, pese a que a veces parece imposible que suceda. El día de San Martín siempre llega. Es ine-vitable, puede tardar uno o veinte años, pero al final sobreviene inexorable. De una manera u otra.Quizás por esa razón a Garzón le ha venido a visitar ahora esta imputación por presunta prevaricación. O sea, por haber podido hacer algo injusto a sabiendas. Por investigar una causa sin tener competencia para ello. Por dictar providencias pese a ser consciente de que no le correspondía. Al menos eso es lo que entiende la Sala de lo Penal del Supremo, que percibe que nuestro magistrado estrella pudo incurrir en falta o abuso en el curso de su investigación sobre la memoria histórica. Nada nuevo bajo el sol, por lo demás. Garzón Real viene actuando así desde hace décadas. Lo sabe todo el mundo y se le ha permitido. Hasta que un día resulta que alguien se cansa y lo denuncia, y alguna instancia admite esa denuncia. Va tanto el cántaro al abrevadero que un mes de éstos se quiebra. Acumula nuestro magistrado estratosférico tres denuncias y tres casos admitidos por los tribunales. Por cobrar dos sueldos sin decirlo. Por negligencia en la excarcelación de dos narcos turcos. Y ahora, por presunta prevaricación.Igual se escapa de los tres. Pero nuestro hombre del quinto está ya tocado. San Martín siempre llega.
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