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Macroeconomía

La crisis social puede enmascarar la recuperación económica europea

Cuando se cumplen dos años del estallido de la crisis económica mundial, el optimismo brilla aún por su ausencia.

La crisis social puede enmascarar la recuperación económica europea
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BRUSELAS- ¿Recuperación o recaída? La crisis financiera, su metástasis en la economía real y la inminente crisis social, vaticinada para este otoño por el desempleo descontrolado, han llegado a un punto crucial en la bifurcación de las interpretaciones. Algunos ven más posible la senda de la recuperación bordeada por los brotes verdes, mientras que otros mantienen la amenaza de una segunda recaída como una posibilidad más visible.Aproximadamente hace dos años, la crisis financiera estalló en el mercado inmobiliario estadounidense por las hipotecas basura. Pocos preveían entonces que la suspensión de pagos del American Home Mortgage, el 3 de agosto de 2007, desataría la peor crisis en ocho décadas. ¿Ha pasado lo peor?A pesar de la senda oscura que se ha transitado, algunos opinan que se ha puesto fin a la caída libre y que lo peor ya ha pasado. A la cabeza de este grupo en Europa se sitúa la propia Comisión Europea. «Avanzaríamos más deprisa si se limpiaran los bancos de los activos dañados, pero estamos en el buen camino», opina Amelia Torres, portavoz del comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Joaquin Almunia.El brazo Ejecutivo comunitario, y los que ven el vaso medio lleno, se agarran a los datos positivos, que ya no llegan simplemente de los indicadores de confianza de los consumidores y de las empresas («soft data»), sino que ya tiene los fundamentos objetivos de los datos positivos de la exportación alemana, las ventas minoristas francesas o la venta de coches en nuestro país. «Lo que hace falta es aplicar las medidas que ya se han aprobado», defiende la portavoz.«El escenario central es de recuperación». coincide José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. La salida de los números rojos es ya una realidad en Asia, pronto lo será en EE UU, y en Europa llegará, aunque con algo de retraso. Pero advierte: «Nada es gratis, y el próximo ciclo expansivo convivirá con altas tasas de desempleo y una deuda pública por pagar que limitará el potencial de crecimiento».Ganancias empresarialesPor su parte, no son pocos los que guardan su optimismo sobre el futuro de momento en el armario. Entre ellos, Morgan Stanley, entidad que advierte de la llegada de una segunda ola. «Estará conducida por la debilidad de los beneficios de las compañías en el mundo, lo que tendrá un impacto negativo en sus posibilidades para pagar los préstamos a los bancos y otras instituciones financieras», dijo hace algunos meses su responsable en el continente asiático, Stephen Roach.«Existen muchos indicadores que no pintan nada bien para el segundo semestre, especialmente en España», aporta José Antonio Herce, director económico de Analistas Financieros Internacionales. En su opinión, no hay que esperar milagros de las medidas tomadas hasta ahora, ya que han sido «muy limitadas» y su impacto ya ha producido todos los resultados potenciales. «A principios del año que viene tocaremos fondo, la clave será cuánto tiempo permaneceremos en la balda inferior de la nevera», comenta, al tiempo que adelanta que para salir del frío necesitaremos en España un segundo estímulo.Consumo privadoLa desconfianza ha «noqueado» el impulso del consumo privado y de las empresas, según Herce, convirtiendo el escenario recesivo en «muy potente». Por ello, los datos positivos siguen ligados a la sonda del gasto público. No obstante, «una recuperación sólida global requiere un crecimiento sano y equilibrado en la demanda privada», indica «The Economist» esta semana. «Por desgracia, esto todavía parece lejano», defiende la revista.

 

Los peligros están a la vistaEn 1936, cuando se pensaba que ya se había superado el «crack del 29», el presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, redujo el gasto y se decidió a subir los impuestos, lo que produjo la caída en la profunda depresión. Los analistas se dividen respecto a la causa que en la crisis actual puede llevar a la W, que es como dibujan los expertos la recaída.Para José Carlos Díez, de Intermoney, gran parte de la responsabilidad pasará por las manos de la canciller alemana Angela Merkel. «Podría ser la Roosevelt de esta crisis», dice, al recordar el peso que tiene la locomotora germana en la economía europea. En su opinión, una retirada brusca del apoyo federal podría dinamitar lo conseguido hasta ahora.Para José Antonio Herce, de Analistas Financieros Internacionales, la principal amenaza será la inflación. «El exceso de liquidez en el sistema y la previsible subida de las materias primas, incluido el petróleo, disparará el riesgo inflacionario», opina. Esta amenaza puede provocar la subida de tipos del Banco Central Europeo, «una tentación que lleva en los genes», antes de que la recuperación se consolide. «No lo va a tener fácil el BCE», concluye el economista.