Internacional

La disidencia cubana celebra la caída de los «talibanes» de Fidel

La disidencia cubana celebra la caída de los «talibanes» de Fidel
La disidencia cubana celebra la caída de los «talibanes» de Fidellarazon

MADRID- La disidencia castrista considera que la remodelación del Gobierno cubano, el mayor cambio en las estructuras del Ejecutivo desde 1994 (como consecuencia de la aguda crisis económica generada por la pérdida de las ayudas soviéticas), supone no sólo el afianzamiento de Raúl Castro como líder de la dictadura, sino el fin de los «talibanes» más próximos a Fidel Castro, como el ya ex canciller Felipe Pérez Roque o el secretario del Consejo de Ministros, Carlos Lage. Aunque el régimen se apresuró ayer a asegurar que las modificaciones en once ministerios, casi todos relacionados con asuntos económicos, y la fusión de cuatro carteras en dos contaban con el consentimiento de Fidel Castro, lo cierto es que con las fulminantes destituciones de Pérez Roque, Lage y José Luis Rodríguez, hasta ahora ministro de Planificación (Economía) y vicepresidente, reducen la presencia de hombres de Fidel Castro en el Gobierno. «Roque y otros que han sacado no ofrecían seguridad a Raúl Castro que ha buscado gente de su confianza. Esto reduce la presencia de Fidel, que se ha quedado sin ayudantes. Por mucho que vendan que estaba pactado, lo cierto es que Fidel y los suyos estaban tratando de boicotear cualquier acercamiento a Estados Unidos», asegura a LA RAZÓN el economista independiente cubano Óscar Espinosa. «Al sector talibán del castrismo le viene muy bien la coartada del enemigo norteamericano en un momento de crisis como nunca. Cuba está deshecha, sin infraestructuras y con el paso de los tres huracanes que dejaron 10.000 millones de dólares de pérdidas y 536.000 hogares devastados», añade Espinosa, uno de los 75 opositores encarcelados en la oleada represiva de 2003, excarcelado por motivos de salud. La realidad es que con la pérdida de las cosechas, sin reservas financieras y con una deuda externa de 20.000 millones de dólares, Raúl Castro ha pasado a la ofensiva ante el peligro que supone perder las ayudas venezolanas y ha iniciado acercamientos tanto con la Unión Europea como con otros socios iberoamericanos. La tibia distensión con la Administración Obama, paso previo para un diálogo con EE UU, no era del agrado de los «fidelistas». Sin embargo, esto no implica cambios reales en la isla, sino «el comienzo de la era raulista», que supone la continuidad del régimen, pero con sabor a Raúl Castro, como expresó ayer mediante un comunicado la plataforma disidente Cuba Democracia Ya. La caída de Carlos Lage podría guardar relación con lo que Fidel calificó en su columna de ayer como «tentaciones del poder». «A la mayoría de los que fueron reemplazados nunca los propuse yo. Fueron seducidos por las mieles del poder», escribió. Lage sigue dentro del aparato del partido aunque su salida del Gobierno le aleja como representante de Cuba en las cumbres internacionales.