Autonomías

La exclusión del PP de las negociaciones con el Gobierno deja en el aire la financiación local

La exclusión del PP de las negociaciones con el Gobierno deja en el aire la financiación local
La exclusión del PP de las negociaciones con el Gobierno deja en el aire la financiación locallarazon

«Estamos en desacuerdo. Es un atropello y, lógicamente, plantearemos nuestros argumentos políticos y jurídicos». De esta forma critica Juan Manuel Moreno, coordinador de Política Local del PP, la decisión tomada el martes por el Consejo Federal de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) de apartar a los populares de la comisión que negocia la financiación local. Una exclusión que provocó la dimisión ayer del vicepresidente de la Comisión de Hacienda de la FEMP y delegado de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, el popular Juan Bravo, y que deja en el aire el futuro modelo de financiación local que tendría que estar lista desde finales del pasado año.

El organismo del que Bravo era vicepresidente es el principal encargado de las negociaciones con el Gobierno central para pactar un nuevo modelo de financiación local, algo que debería haberse negociado a la par que la financiación autonómica pero que finalmente no será así, informa Ep.

Para Moreno, la decisión de dejar fuera de las negociaciones a los ayuntamientos populares –cerca de la mitad– «no tiene sentido ni va a ninguna parte», por lo que anunció que su partido tomará medidas ante este «atropello».

Según señaló, la Federación de Municipios «está en la UVI en una situación muy delicada; en un callejón sin salida llevado por Pedro Castro». Para Moreno, el presidente de la FEMP ha demostrado su «incapacidad política para negociar, para liderar un proyecto y su incapacidad para aglutinar a los ayuntamientos».

 La exclusión del PP de las negociaciones fue apoyada por el PSOE, IU, CiU, PAR, PRC, PA y UPN, que decidieron que se nombrara una nueva comisión negociadora sobre el futuro modelo hasta que el PP volviese a participar en las reuniones de los órganos de dirección, que abandonó cuando Pedro Castro llamó «tontos de los cojones» a los votantes de derechas.