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«La familia es la primera e insustituible célula de la sociedad»

La Razón
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MADRID- Un millón y medio de personas se congregarán hoy en la plaza de Colón de Madrid en un gran encuentro festivo en defensa de la familia cristiana. Una iniciativa promovida por Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, y otros fundadores de movimientos y realidades eclesiales, que el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio M.ª Rouco, asumió con rapidez. En apenas tres semanas la Iglesia española ha puesto en funcionamiento toda su maquinaria organizativa y su poder de convocatoria para hoy, desde el centro de Madrid, dar testimonio de un modelo de vida y de familia que sigue siendo válido para toda la sociedad. El cardenal Rouco explica a LA RAZÓN los motivos que le han llevado a organizar y potenciar este acto.

–¿Por qué ha acogido y respaldado la diócesis de Madrid esta iniciativa en defensa de las familias cristianas?

–La iniciativa para realizar esta celebración fue de los movimientos y las nuevas realidades eclesiales, laicos que desde el mundo de la experiencias de vida cristiana quieren dar respuesta a los problemas del mundo actual. Desde ahí vino la idea, el gran impulso para que la diócesis de Madrid se hiciera eco de ella. Se trataba de defender a la familia cristiana en el contexto social de una crisis espiritual, ética y jurídica que afecta a la misma idea de familia. La iniciativa era muy oportuna y se identificaba plenamente con el plan pastoral que tenemos en la archidiócesis de Madrid, y por ello la asumimos. El proceso de preparación de este acto y el proyecto de realización se están realizando conjuntamente entre la diócesis y los movimientos y realidades eclesiales. Todos trabajamos unidos y complementándonos perfectamente.

–En la carta con la que convocó este encuentro, afirmaba que la familia está acosada por «fuertes amenazas», tanto en España como en Europa. ¿Cuáles son las que sufre en nuestro país?

–Llevamos tres décadas en las que podemos hablar de una desvalorización de la familia y de lo esencial de ella misma, como comunión de vida y amor indisoluble entre el hombre y la mujer. Las amenazas concretas son muy conocidas y dolorosas: abortos, divorcios exprés, los mal llamados matrimonios homosexuales, las investigaciones con células madre embrionarias, las restricciones al derecho de los padres a la educación moral y religiosa de sus hijos, el anuncio de la implantación de una futura eutanasia, la clonación, etc. Todas estas situaciones nos producen un enorme sufrimiento. Y además tienen consecuencias negativas que se pueden comprobar de forma irrefutable en nuestra sociedad actual, como en el caso de la crisis demográfica.

Por esta razón, con este acto queremos decir a todos que la familia es la primera e insustituible célula de la sociedad, la familia cristiana está siempre abierta para ayudar a todas las demás familias. Es imprescindible lograr que las familias se sientan, sepan y comprueben que no están solas, que cuentan con todo nuestro apoyo. Seguro que las palabras del Papa Benedicto XVI que vamos a tener el privilegio de escuchar a través de conexión audiovisual directa con la plaza de San Pedro, van a ser de felicitación y estímulo. A todo esto hay que añadir la falta de ayuda a las familias, sobre todo a las familias numerosas que, por cierto, crecen en España como un maravilloso don de Dios a nuestra sociedad y a la Iglesia. Ellas son testigos privilegiados de cómo el amor matrimonial, vivido generosamente, produce frutos de santidad, de felicidad y de nueva vida.

–En el empeoramiento de la situación que viven las familias ¿han tenido mucho que ver las leyes aprobadas por el actual Gobierno?

–Esas leyes son un reflejo de situaciones que estaban ya actuando en la conciencia y la realidad social de España y por otro lado son un factor que agudiza esa situación negativa con respecto a la familia y al matrimonio. Es evidente que equiparar la institución del matrimonio fundado en la unión indisoluble de un hombre y una mujer, a uniones o formas de vida donde los dos personas que lo protagonizan son del mismo sexo es un grave atentado a la esencia y la verdad del matrimonio.

–¿Qué tiene de específico la familia cristiana?

–El vivir de acuerdo con el plan de Dios, que la razón, iluminada por la fe, puede y debe conocer. Recordaremos en los momentos de ambientación de este acto las palabras del Papa Juan Pablo II, cuando, en su primera visita a España hace veinticinco años, se dirigía a las familias cristianas en la eucaristía que celebró en la plaza de Lima de Madrid. Con fuerza, claridad y gran amor Juan Pablo II anunció entonces a las familias todo lo que significa ese plan de Dios sobre el matrimonio, la familia y las consecuencias que se derivan de él: la defensa de la vida, la unión indisoluble del matrimonio entre hombre y mujer, el significado trascendente del amor conyugal, el derecho insustituible e ineludible de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones.

Ahora, este encuentro de la plaza de Colón va a ser una ocasión providencial para dar el testimonio de lo que creemos y vivimos en la familia cristiana en un momento crucial de España como es éste. Como cristianos queremos anunciar el Evangelio de la familia para iluminar y sostener a las familias cristianas y a muchas otras que, sin compartir nuestra fe, sintonizan con la sensibilidad eclesial, en su identidad y misión en la sociedad.

– En este contexto, y de esta forma, ¿que puede aportar la familia cristiana a la sociedad?

–Al ser la célula básica de la sociedad, le aporta su principal e imprescindible fundamento para su subsistencia y desarrollo ético, humano y espiritual en sintonía con la dignidad trascendente de la persona humana. La mayor riqueza de un pueblo son sus personas y éstas, sin la familia, sin la unión fiel de un hombre y una mujer, no existirían. Nuestra celebración gozosa de hoy mostrará a la sociedad un testimonio de vida que, sin duda alguna, hará pensar a quienes llaman familia a cualquier tipo de unión o convivencia. Cuando veamos las innumerables familias cristianas con sus hijos en la plaza de Colón, todos descubrirán dónde están la riqueza y la fuerza de la sociedad.

–¿Cómo valora el respaldo que esta iniciativa ha tenido desde toda la Iglesia española?

–Ha sido magnífico. No podía ser de otra manera. Todos los obispos predicamos continuamente el Evangelio de la familia, y una oportunidad como ésta había que aprovecharla. Vienen animando a sus diocesanos a participar en ella con gran empeño. ¡Todo un signo de los vínculos de unidad pastoral que nos unen!

–¿Y el apoyo del propio Benedicto XVI, que dirigirá un mensaje en directo a las familias españolas desde la plaza de san Pedro del Vaticano?

–Es una verdadera gracia de Dios para la Iglesia en España y para España misma esta presencia suya a través de las pantallas para ofrecernos su palabra sobre la familia. En su predicación habitual, el Evangelio de la Familia no falta nunca. Es el mismo Santo Padre quien desea estar presente, felicitar a las familias cristianas de España, animarlas en su testimonio cristiano y ayudarnos a todos a celebrar festivamente esta gran solemnidad de la Sagrada Familia.

–¿También los no católicos, aquellos que no comparten esta fe, están respaldando esta iniciativa?

–Estamos recibiendo muestras de respeto. No dudamos de que continuará siendo de esta manera.

–Este gran encuentro que hoy se celebra en Madrid, ¿tendrá algún tipo de continuidad?

–Este año estamos celebrando en Madrid la «Misión Joven» con la incorporación a la misma de las Familias Jóvenes de la archidiócesis. El mensaje que nos dirigirá hoy el Papa y la experiencia de esta gran celebración serán punto de referencia insustituible para sucesivos encuentros con las familias en nuestra diócesis. Seguro, además, que nos ayudará para preparar nuestra activa participación en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Sidney (Australia) el próximo verano.

–Qué otras acciones realiza la Iglesia católica para defender a la familia?

–La misión evangelizadora de la Iglesia católica con las familias es prioritaria y permanente: cursos pre-matrimoniales, escuelas de padres, grupos de familia en las Parroquias, acogida a jóvenes embarazadas, promoción y defensa de la vida, atención a las familias inmigrantes, trabajo con las familias a través de Caritas, programas especiales en los medios de comunicación.

Se trata de un servicio permanente y preferente a las familias cristianas para ayudarlas y fortalecerlas en la fe; pero también de un servicio a cualquier familia necesitada espiritual y materialmente. Los Centros de Orientación Familiar, los «COF», juegan un papel muy importante en esta tarea evangelizadora de la familia, en la que ha insistido con mucha fuerza el III Sínodo Diocesano de Madrid.

«La primera agencia de la paz»

– La defensa de la verdad de la familia en Benedicto XVI es una constante. Lo hizo en España en el Encuentro Mundial de Valencia en julio de 2007. Ahora, incluso, su mensaje para la jornada mundial de la paz lo ha titulado «Familia humana, comunidad de paz». ¿Qué es lo más importante que nos aporta en él?

–En este texto el Papa afirma que la familia es la primera agencia de la paz y la primera educadora de la para la paz. Son unas palabras que hablan por sí mismas y que dejan claro las raíces del problema actual de la humanidad, el que la crisis familiar puede ser causa grave de la pérdida de la paz.

Si una sociedad no se vertebra a través de esas familias, que viven según el plan de Dios, al final, lo que se produce incluso es la pérdida de la paz social.

–Ante esta tremenda realidad que anuncia el Papa, los cristianos no pueden quedar impasibles. ¿Cuál debe ser su actitud ante ello?

–En primer lugar convenciéndonos a nosotros mismos, interiorizando la luz de la fe y de la razón con respecto a la verdad de lo que estamos viviendo y de lo que somos, y luego tratando de explicarlo, de proclamarlo, de anunciarlo como haremos hoy. Y por último vivirlo y hacerlo realidad en nuestras vidas.

El motor de la diócesis

El cardenal Rouco es uno de los líderes de la Iglesia española. Presidió durante dos legislaturas la Conferencia Episcopal a cuyo frente fue relevado por el obispo de Bilbao, monseñor Ricardo Blázquez, hace ahora casi tres años. Una iniciativa suya, la «Misión Joven» ha sido el motor de la diócesis de Madrid en los dos últimos cursos. El pasado verano se cerraba una primera fase, con la peregrinación de varios miles de jóvenes a Roma, donde fueron recibidos en una audiencia especial por Benedicto XVI. En este curso, a esta misión se han sumado los jóvenes matrimonios para que sean ellos mismos quienes evangelicen a los que están en su entorno. De ahí que este Encuentro en defensa de la familia cristiana encaje a la perfección en el plan pastoral de la archidiócesis de Madrid. Rouco es también una de las principales voces españolas en el Vaticano. Junto a los cardenales Cañizares (de Toledo), Amigo (de Sevilla) y los recientemente elegidos García-Gasco (de Valencia) y Martínez Sistach (de Barcelona) compone la más nutrida representación que ha tenido en muchos años la Iglesia española en un hipotético cónclave. Todos ellos, y más de cuarenta obispos presidirán hoy el Encuentro, en un claro ejemplo de unidad de la jerarquía de la Iglesia en España.