Roma
La lluvia el frío y la picaresca agravan el drama en LAquila
roma- Lluvia, frío y pícaros. Las más de 50.000 personas que se han quedado sin casa por el terremoto de hace ocho días deben ahora afrontar estos tres males. Pasadas ya las jornadas en que las réplicas del seísmo amenazaban con aumentar la destrucción, los damnificados sufren las inclemencias del tiempo en sus tiendas de campaña, muchas de las cuales no tienen todavía calefacción. En L'Aquila se rozaron ayer los cero grados y las nubes descargaron agua durante buena parte del día. Protección Civil distribuyó mantas y calefactores y trabaja a marchas forzadas para dotar de electricidad a los campamentos, de forma que se puedan encender radiadores en todas las tiendas. L'Aquila, ubicada a las faldas de los Apeninos, será esta semana la ciudad más fría de Italia según las previsiones meteorológicas, por lo que los voluntarios que atienden a los damnificados se afanan para que el tiempo no ahonde aún más la sensación de desamparo. Además de los saqueadores, de los cuales han sido ya varios detenidos, al calor de la tragedia han aparecido pícaros que tratan de sacar beneficio de la situación. En la ciudad norteña de Bergamo ha sido arrestado un hombre que se presentaba como representante del ministerio de Defensa y recogía dinero para las víctimas. Incluso llegó a hablar con un fabricante de dulces para que le cediera parte de su producción. La falsa voluntaria En la región de Umbria ha tenido lugar un caso similar. Se trata de una mujer que iba casa por casa presentándose como voluntaria de Protección Civil y pidiendo dinero para la reconstrucción de L'Aquila. Fue detenida después de que una anciana denunciara que le había robado 600 euros. Otro episodio despreciable es el que se produjo la noche del pasado domingo en el barrio de Prati, en Roma. Un grupo todavía no identificado recorrió la zona en un falso coche de Protección Civil pidiendo, con un megáfono, que se evacuaran las casas porque se iba a producir un terremoto. Sólo algunos vecinos creyeron la broma pesada y bajaron a la calle, aunque fueron muchos los que se asustaron y llamaron a la Policía para saber si era verdad que había peligro por la inminencia de un seísmo. Las fuerzas de seguridad han abierto una investigación para saber quiénes fueron los autores de la falsa alarma. Estos problemas no han hecho que aumente el balance de víctimas mortales, que continúa en 294. Una vez concluida la búsqueda de supervivientes, Protección Civil trata de verificar cuántos de los edificios que han sufrido las consecuencias del seísmo pueden volver a ser utilizados. Los primeros datos del estudio, que continuará durante varias semanas, señalan que un 30% de los inmuebles afectados es inhabitable. Otro 20% necesita reformas antes de ser reabierto y el 50% restante puede volver a ser habitado de inmediato. Entre ellos está el centro comercial más grande de L'Aquila, que ha abierto sus puertas contribuyendo así a recuperar una imagen de normalidad.
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