Irán
La lucha por el Islam en España
La reforma urgente de la Comisión Islámica creada en 1992 enfrenta a asociaciones y Gobiernos. Está en juego el control de más de un millón de musulmanes
madrid- Cuando el Gobierno español quiere tratar un tema que concierne al culto islámico se encuentra sin interlocutor. Mejor dicho, tiene demasiados candidatos y ninguna voz autorizada. El enfrentamiento entre la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri) y la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), que integran la Comisión Islámica creada en 1992, ha vaciado de sentido la institución. El acuerdo sobre la necesidad de la reforma es general, pero la fórmula idónea es motivo de polémica. Y es que hay muchos intereses en juego. Marruecos se cree con derecho a intervenir en la organización del culto islámico en España, ya que al menos 700.000 del más de un millón de musulmanes que hay en nuestro país son marroquíes. Durante un encuentro celebrado en Fez, el secretario general del Consejo de la Comunidad Marroquí en el exterior, Abdellah Boussouf, señaló a este periódico que «tanto en Francia como en Bélgica hubo elecciones para que los musulmanes votaran a sus líderes. Ninguna de las dos organizaciones en España fue elegida democráticamente y es necesario que haya un solo un interlocutor». El Gobierno español no quiere ni oír hablar de la injerencia marroquí, pero tampoco cree que la organización del proceso sea competencia suya. Según José Manuel López, director de la Fundación Pluralismo y Convivencia (que depende del Ministerio de Justicia y canaliza las ayudas a las asociaciones), son los propios musulmanes «los que deben articularse». López cree que hay que lograr que se hable «de los musulmanes de España y no en España». Siria e Irán también tratan de influir en el culto levantando mezquitas y formando a los imames. No en vano el presidente de la Ucide (la federación con más peso) es un español de origen sirio, Riay Tatary, que se opone a la celebración de elecciones que defiende Marruecos bajo la fórmula «un musulmán, un voto». Los más optimistas creen que antes de verano el asunto quedará zanjado. El experto Iván Jiménez-Aybar ha propuesto que el nuevo órgano se articule según el modelo del Senado español y que cada comunidad islámica elija a sus líderes en cada autonomía: «La Comisión Islámica es un edificio cuyos cimientos se han corroído y hay que levantar de nuevo».
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