Aeronáutica

La misteriosa enfermedad

Mientras la NASA se limita a decir que su vida «no corre peligro», la Agencia Europea asegura que «no es contagioso».

La Razón
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Madrid- La NASA se ha visto obligada a modificar la agenda de la Estación Espacial Internacional y el Atlantis, y a retrasar algunas operaciones debido a la enfermedad del astronauta alemán Hans Schlegel, recién llegado al complejo a bordo del transbordador. Aunque el centro de control de Houston declinó dar detalles apelando a la «privacidad médica» y se limitó a asegurar que «no peligra su vida ni la de ningún otro tripulante», la Agencia Espacial Europea dijo que la dolencia «no es contagiosa» y que «no alterará más» la agenda de la tripulación.

Técnico de reserva

De momento, se ha retrasado el acople del módulo de experimentación europeo Columbus, que despegó de la Tierra el jueves a bordo de la nave espacial estadounidense, acoplado a su vez desde el sábado al complejo orbital. La operación, prevista para ayer, precisa de la ayuda de dos astronautas con utillaje desde el exterior, uno de los cuales iba a ser Schlegel. Le sustituirá el estadounidense Stanley Love, que también ha recibido, como reserva, entrenamiento específico para la delicada maniobra, que previsiblemente se llevará a cabo a lo largo de hoy.

El astronauta enfermo, que viajó junto a otros seis tripulantes, tenía previsto participar en otra caminata espacial, cuyo objetivo era revisar los leves daños que presenta el escudo térmico del Atlantis, nave en la que tendrán que volver a la Tierra en menos de dos semanas. La panza de los tres transbordadores aún operativos se analiza cuidadosamente en cada misión desde la Estación a su llegada para asegurarse de que una grieta en la protección para la reentrada en la atmósfera no suponga una nueva catástrofe como la del Columbia.

La grieta, más bien un agujero provocado porque el levantamiento del borde de una pieza de tela térmica, mide unos cuatro por cuatro centímetros y se sitúa en la cubierta del sistema derecho de maniobra en órbita del timón de cola. Una vez analizadas las fotografías y la revisión ocular de los astronautas, será el Centro de Control de Vuelo en Houston el que decidirá si se debe reparar o no, lo que podría suponer un aplazamiento del regreso.

Los retrasos ya han obligado a prolongar la misión al menos un día, por lo que ahora durará doce, y no se descarta que se amplíe a trece. De esta forma, el Atlantis permanecerá atracado a la Estación Espacial al menos hasta el lunes próximo.

En cuanto al módulo Columbus, consta de un cilindro presurizado de siete metros con capacidad para tres astronautas y que ha costado unos 1.400 millones de euros. En él se llevarán a cabo experimentos biológicos, físicos y de materiales, que ampliará la capacidad científica del complejo. Con una vida útil de 10 años, está fabricado con en aleaciones de aluminio, kevlar o «nextel», y equipado con el más sofisticado equipamiento científico.