La ONT merece un premio por Sergio Alonso

Probablemente, la instancia administrativa que mejor encarna las excelencias del modélico sistema sanitario español es la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Constituida hace 20 años a partir de dos mesas, cuatro sillas, una línea telefónica y un ordenador de andar por casa, esta entidad se ha convertido hoy en la verdadera joya de la corona de la sanidad en nuestro país, un referente al que miran numerosos estados de dentro y fuera de la UE y que tratan de imitar varias regiones europeas con diversa fortuna. La ONT es una garantía para los ciudadanos porque los profesionales que la configuran son capaces de obrar en apenas unas horas el milagro de salvar vidas, gestionando el complejo y muchas veces incomprendido proceso de donación, extracción y trasplante de órganos y tejidos en toda la geografía española. A la hora de hablar de sus éxitos, no puede obviarse la labor realizada por su primer responsable, Miguel Ángel Zamarrón, y por Blanca Miranda, su directora en los tiempos de Celia Villalobos. Pero el gran referente, el factótum de esta ejemplar red tejida en todos los hospitales, en la que están involucrados cientos de médicos y enfermeras, es Rafael Matesanz, el auténtico bastión de la organización. Por todo ello y por mucho más, la ONT merece el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en su edición de 2009.