Suecia
Los simios planean sus actuaciones de forma premeditada
Un chimpance que acumula de forma deliberada piedras para arrojarlas después a los visitantes de un zoo en Suecia ha sido considerado por un grupo de científicos la prueba definitiva de que los simios planean sus actuaciones de forma premeditada, de una forma en que ningún otro animal lo hace. Un estudio publicado en la edición del 9 de marzo de la revista 'Current Biology', recogido por Europa Press, presenta las conclusiones de diez años de observaciones a un chimpance macho de 30 años residente en el zoológico de Furuvik, en Suecia. Aunque comportamientos similares ya habían sido observados en chimpances que utilizaban herramientas para recolectar alimentos, lo que convierte a Santino en un ejemplar de interés para la ciencia, es que cuando esta recogiendo los proyectiles para sus ataques su estado de ánimo aparente no lleva a pensar que lo que está haciendo es preparar un ataque. "Nada como esto había sido registrado hasta ahora en la vida salvaje, ni tampoco en chimpances en cautividad. Estas observaciones muestran de forma convincente que nuestros parientes los simios consideran el futuro de una manera muy compleja", declaró Mathias Osvath, de la Universidad de Lund. "Ello implica que tiuenen una conciencia altamente desarrollada, lo que incluye capacidad de simulación mental de eventos potenciales. Probablemente, ellos cuenten con un 'mundo interior' de forma similar a lo que los humanos tenemos cuando recordamos episodios pasados de nuestras vidas o pensamos en el futuro. Cuando los chimpances salvajes recogen piedras o van a la guerra, probablemente están planeando el futuro. Diría incluso que gran parte de sus comportamientos cotidinaos están previamente planeados", agregó. Santino empezó a recoger y tirar piedras después de convertirse en macho dominante de su grupo a la edad de 16 años. Desde entonces, coge piedras del suelo que rodea su alojamiento en el zoo, antes de que abra al público, y las almacena en montones en una zona al alcance de los visitantes. Sin embargo, este comportamiento sólo se observa en verano, cuando el zoo está abierto, y el deseo de tirar sus proyectiles decae al cabo de unas seis semanas. Además, esta conducta se produce más por las mañanas que durante la tarde.
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