Londres

Obama reclama el compromiso europeo

Obama debe buscar de copiloto a China, lista para su gran oportunidad, y más si Europa se muestra reacia a nuevos empujes. La UE no ve con buenos ojos los estímulos fiscales de Washington

Obama y Clinton, antes de empezar su rosario de encuentros bilaterales
Obama y Clinton, antes de empezar su rosario de encuentros bilateraleslarazon

LONDRES, BRUSELAS-Todos van con sus mejores intenciones, pero lo cierto es que hasta el último momento no está claro si la cumbre del G-20 de Londres terminará en consenso o con algunas medidas concretas.A pesar de que prometieron comportamientos pacíficos, los grupos antisistema asaltaron una sucursal de la «City» del Royal Bank of Scotland (RBS). La entidad, parcialmente nacionalizada, es una de las más afectadas por la crisis. La semana pasada, los anarquistas atacaron también la mansión y el coche de su ex consejero delegado Fred Goodwin.Este banquero se ha convertido en el símbolo de la antiética de la crisis. Tras llevar a la entidad a la quiebra y provocar unos 2.300 despidos, se ha ido con una jubilación de 784.000 euros anuales.Mientras tanto, Obama aparece como la gran figura. EE UU «no puede ser el único motor», dijo el presidente norteamericano en su rueda de prensa junto con el anfitrión, el primer ministro británico Gordon Brown. Obama volvió al discurso que durante las últimas semanas había distanciado a Estados Unidos y la UE, sobre si se debía priorizar el reforzamiento de la regulación o los nuevos empujones fiscales para salir del parón como quiere Washington. Esta semana, el mandatario norteamericano volvió sobre sus argumentos al opinar, en una entrevista en el diario económico «Financial Times», que se empezaría a ver una convergencia en los paquetes de recuperación por el oscurecimiento de las perspectivas. «Lo que queremos es estar seguros de que todo el mundo hace algo», comentó. Obama busca una mano amiga para repartir la carga. Y, aunque a priori la UE podría aparecer como el mejor socio, el poderoso eje París-Berlín rechaza sus llamadas al dinero fresco, y formará un frente común para resistir. Además, el Viejo Continente está ahora demasiado preocupado e inmerso en salvar a su patio del Este, donde ya ha tenido que rescatar a tres países (Hungría, Letonia y Rumanía).Europa no pertenece al imaginario popular de la generación de Obama que, sin embargo, sí está dominada por la llegada de China como la gran potencia, y donde se guarda la liquidez que puede dinamizar el sistema. En esa dirección buscará su copiloto para formar un G-2 que pueda dirigir la salida del túnel y, también, empezar a dar cabida a las nuevas potencias. Tras siglos de dominio occidental, éste será el gran reto de su mandato, con la venia de una crisis que hoy espera sobre la mesa.