España
Telum imbelle sine ictu
Mariano Rajoy ha descartado la presentación de una moción de censura contra el Gobierno Zapatero con muy buen y acertado criterio, pues todavía quedan dos años y medios para las próximas generales y por tanto una medida de este tipo sería poco menos que un suicidio. Ya lo dijo Durán i Lleida: «preséntenla aunque nosotros no la apoyemos». Es lo mismo que pedir que pongan la cabeza en la guillotina para dejar caer la cuchilla. Y, además, no es aconsejable porque los 600.000 votos de diferencia logrados en las europeas al PSOE los recortarían los socialistas con sólo dos vídeos de los de la ceja. Otra cosa sería la cuestión de confianza y para eso todavía hay recorrido. La cuestión de confianza obligaría a todos los partidos que ahora sustentan al Gobierno Zapatero (ERC, BNG, PNV, CC y muchos otros más que ora sí, ora también acuden en su auxilio) a retratarse. O dicho de otro modo, a mostrar públicamente su apoyo a un gobierno desahuciado. Si esto ocurriera, es decir, a un año de las elecciones generales, el aprieto para estas formaciones sería todavía mayor ya que se verían obligadas a disimular su apoyo al fracasado Zapatero para que no les afectase electoralmente en sus respectivos territorios. Y eso sí que sería la puntilla definitiva al Gobierno socialista, que quedaría absolutamente aislado en el Congreso de los Diputados con un horizonte electoral próximo y a cara de perro. Ahora lo que le toca al PP es trabajar, trabajar y trabajar y, además, muy duramente.
El crédito logrado en las europeas es efímero y corto. Sólo podrá ampliar ese margen con propuestas sensatas arremangándose e implicándose hasta las cejas. Y para eso debería armar un equipo de asesores que trabaje 26 horas al día incluído los fines de semana, porque antes que llegar a los cinco millones de parados es preferible echar al Gobierno. Y para echarlo hay que convencer al pueblo español de que lo que conviene es justamente eso. Pero el pueblo sólo lo creerá cuando el PP demuestre estar absolutamente volcado por evitar esa sangría entre los españoles. Que el Gobierno haga lo que quiera, que el PP lo que debe hacer es aquello que más interesa al pueblo español. Y la primera medida para ponerse las pilas es no caer en la autocomplacencia, que es justamente la primera advertencia del presidente Valcárcel. Ni Murcia ni España están para celebraciones sino para aplicar medidas que ayuden a salir de la crisis, como las que ayer mismo anunció el Gobierno regional para que los autónomos y las pymes encuentren botellas de oxígeno. Ante la propuesta del Consejo de Alcaldes, González Tovar remite a la FMRM, una entidad esclerotizada en la acción de crisis que vive el país. Por eso le va bien a Tovar este órgano que apenas respira. Pues no, un Consejo de Alcaldes con ganas de marcha para tiempos difíciles, y no el «telum imbelle sine ictu» (flecha ineficaz, sin fuerza, ataque impotente), que escribía Virgilio en la Eneida.
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