Murcia
Una «súper planta» contra la contaminación
La modificación genética de Nicotiana glauca da respuesta a la polución en suelos, lodos y aguas producidos por metales pesados
Con nuestro trabajo perseguimos la obtención de una "súper planta"capaz de luchar contra la contaminación de suelos, aguas y lodos mediante la eliminación de metales pesados». Así explica Juan Pedro Navarro, investigador y director de la empresa Abba Gaia, hacia dónde se dirige la investigación nacida a raíz del «desastre de Doñana», como él mismo comenta, y traducida a proyecto empresarial hace menos de dos años.
«La contaminación producida por los metales pesados es la más peligrosa, puesto que éstos no se destruyen jamás», explica Navarro. Con esta difícil premisa, la planta Nicotiana glauca se ha convertido en una de las soluciones más ambiciosas a la hora de acabar con la polución de los suelos. «Mediante el tratamiento genético de la planta Nicotiana glauca, que ya de por sí posee condiciones extraordinarias para la acumulación de biomasa, y el empleo de la tecnología de la fitorremediación, que pone las plantas al servicio de los objetivos ambientales, cada vez estamos más cerca de conseguir la "súper planta"capaz de descontaminar los lodos y el suelo», añade el investigador.
Selección genética
La línea de investigación de Abba Gaia comenzó a dar sus frutos cuando introdujeron en esta planta el primer gen seleccionado, la fitoquelatina sintasa, mediante el cual se consigue aumentar cien veces la capacidad de absorción de los metales que la rodean, sin dejar que se altere el metabolismo normal de la célula vegetal. «Una de las conclusiones obtenidas es que, además de la lucha contra los metales, también se puede emplear para paliar la salinidad del agua», explica Navarro.
En su búsqueda, el equipo liderado por Navarro, –también doctor en Ciencias Químicas y profesor en la Universidad Politécnica de Valencia–, continúa con el tratamiento genético de esta planta de la familia del tabaco. «Además de la selección del gen fitoquelatina sintasa, en breve se añadirán dos más que nos ayudarán a alcanzar la mejor planta que existe en la actualidad contra la contaminación», comenta el director de un proyecto que ya ha demostrado en sus experimentos en campo dos valiosos hechos: reducir los niveles de CO2 y recuperar la fertilidad del suelo.
Los terrenos mineros de la Unión de Murcia fueron los primeros en los que actuó el equipo. «Si la planta Thlaspi caerulescens está considerada por los laboratorios como hiperacumuladora y se estima que es capaz de descontaminar un suelo minero en 150 o 200 años, podemos decir que la nuestra es la única que podría hacerlo en un año, ya que el tratamiento genético hace aumentar en cien o 150 veces la biomasa del vegetal y la hace capaz de acumular muchos más elementos contaminantes», concreta Navarro, cuyo proyecto recibió uno de los Premios de la penúltima edición de Jóvenes Emprendedores Bancaja.
En cuanto a la rentabilidad del uso de Nicotiana glauca, aunque depende de la superficie de suelo que esté contaminado, «el proceso es barato, eficaz y respetuoso con el medio ambiente, ya que utilizamos técnicas agrícolas, mucho más económicas que las tecnologías utilizadas actualmente», indica Navarro. Sin embargo, «la legislación en residuos tóxicos y peligrosos, junto a la falta de financiación para I+D, son las causas por las que todavía no se han puesto en marcha más acciones de descontaminación con nuestra planta, lo que sin duda cambiará en muy poco tiempo, ya que es la mejor opción para tal fin», concluye el investigador.
Supervivencia
Nicotiana glauca procede de los Andes y es el resultado de una «selección darviniana»
La planta en la que trabaja Abba Gaia, Nicotiana glauca, procede de los Andes y es el resultado de una «selección darviniana», según explica Pedro Navarro. Se trata de una planta que subsiste por selección natural, crece en los terrenos más áridos y resiste las condiciones más extremas, por lo que se extiende por multitud de territorios. Además, esta planta produce alcaloides, sustancia que funciona como un insecticida natural y, por tanto, incomestible por los herbívoros, lo que impide el paso a la cadena alimentaria de los metales que pudiese haber acumulado.
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