Bogotá

Uribe asesta otro golpe a las FARC

Uribe asesta otro golpe a las FARC
Uribe asesta otro golpe a las FARClarazon

Buenos Aires- Los niños de Cundinamarca se dormían escuchando historias atroces sobre un guerrillero que recorría la sierra sembrando minas, asesinando y secuestrando civiles. Ayer, a Bernardo Mosquera, alias «El Negro Antonio», le capturaron.El arresto se produjo cerca del municipio de Nazareth, en el departamento de Cundinamarca, donde el Ejército detuvó además a otros siete miembros de las FARC. Durante el operativo resultaron muertos otros diez rebeldes y un soldado y también rescataron a un comerciante secuestrado. Por Bernardo Mosquera, quien aparecía en varios videos grabados durante las fallidas negociaciones de paz realizadas en San Vicente del Caguán, Caquetá, el Gobierno de Colombia ofrecía 50.000 euros de recompensa. El comandante del Ejército, el general Óscar González Peña, indicó que el operativo, denominado «Fuerte», es parte de una estrategia del Gabinete de Álvaro Uribe para atacar a las FARC este año. «Es un golpe tremendamente duro, hoy (por ayer) salieron de combate 18 terroristas del Frente Antonio Nariño», sostuvo González. La captura coincide con el primer aniversario de la muerte del ex número dos de las FARC, «Raúl Reyes», abatido en un bombardeo en la selva ecuatoriana. La búsqueda de «El Negro» se intensificó cuando en junio del año pasado las Fuerzas Militares tuvieron la certeza de que seguía vivo y formaba parte del anillo de seguridad del «Mono Jojoy». Durante 1998 y 2003 fue uno de los guerrilleros más temidos en Bogotá y Cundinamarca. Con sus 60 hombres, se escondía en la cuchilla de Peñas Blancas, en la cordillera oriental, al sur de Viotá. De origen chocoano, su nombre está ligado a más de 100 secuestros y al pánico que generó en siete municipios de Cundinamarca por sentenciar a muerte a más de 40 personas en 2002. Dos años antes había sido nombrado segundo jefe del frente 42, donde instaló su centro de operaciones. Era conocido por pactar con toda clase de delincuentes para encargarles los secuestros. Les pagaba sumas irrisorias en comparación con las multimillonarias cifras que solicitaba a los familiares de las víctimas. Por los caminos de herradura y carreteras destapadas de la zona llegaban los familiares de los secuestrados y las víctimas para llevar las cantidades que pedía el narcoterrorista en concepto de extorsión y secuestro.Dicen quienes lo conocen o lo padecieron que la persona que cae secuestrada en manos de «El Negro Antonio» paga o se muere. Una de las víctimas, rescatada en mayo del 2003 señaló que «‘‘El Negro'', no negocia. Decide».Entre otros crimenes, está el secuestro y asesinato en Colombia del empresario japonés, Chikao Muramatsu, en 2001. Tras tres años de cautiverio y un rescate de 18 millones, Muramatsu fue ajusticiado.