Poesía

Victoria Vera y el mitin de los Mayte

La Razón
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ontra viento, marea y deserciones, los Premios Mayte se mantiene como la gran noche del teatro. Riánse de los pretenciosos y politizados Max que Esperanza Aguirre acoge generosa en la Comunidad como antaño ya lo hizo Ruiz-Gallardón. Hay desbandada de personalidades. Desde que Carmen Calvo dejó de ir, parece que el ministro actual está poco interesado en codearse con la esencia viva, aunque en ocasiones renqueante, de nuestra escena. Estuvo desde María Jesús Valdés a una Loles León que ha vuelto con su primer amor, las tablas, y que circunstancialmente estuvo emparejada a un Gonzalo Miró, que no llegó a juntarse a José Luis Balbín. Les seguían y hasta perseguían, pero hacer la foto fue imposible. El todavía novio de la duquesita cuarentona iba cogido de Lola, la ya no tan «pequeña» hija de Emma Penella y Emiliano Piedra.

 

Noche para no olvidar

No malpensamos, porque Emma siempre decía que Gonzalo era «su nieto». Eso debió de ser, aunque los ojazos de Olga Piedra hacían creer otras cosas que pondrían celosa a la pequeña de la Duquesa de Alba, que está más coja desde que le falta el «Tomate». A mí me pasa lo mismo, porque «Sé lo que hicisteis» sólo es una burda imitación con la ridícula Patricia Conde «comida» por su compañero en la línea cáustica de Jorge Javier Vázquez.

Pepe Rubio bromeaba porque él y Valenty iban de negro: «Somos como Angelina y Brad a la española», y no se equivocaba. Ni Jaime Salom, que enseñaba una postal del reciente estreno en París de sus «Señoritas de Avignon» protagonizada por la hija de la eterna Simone Signoret y Allegret: «Estreno en el mundo entero, menos en España», lamentaba ante Fernández Montesinos, que prepara un espectáculo-homenaje a Federico Chueca. Es el español que mejor conoce los musicales o las repeticiones monótonas de una Concha Velasco que en Santiago acaba de enterrar a Filomena. Lo precisaba Emiliano Redondo ante Elenita Fernán-Gómez, Andrea Broston, María Fernanda D'Ocon y Pepe Ruiz.

Victoria Vera transformó la presentación en un mitin al reclamar que los artistas estén frente al poder y no se dejen untar, evidente referencia a los de la ceja izquierdista. La alusión cabreó a Loles León, quien pidió ceñirse al premio y al sentido homenaje a Emma Penella. Pero Vera estaba erre que erre. Loles hizo amago de irse, y en ese momento Emma Piedra pidió armonía, «porque mis padres nos enseñaron que la política es una mierda». Hubo pasmo general, entre los invitados, como los condes de Latores, María Eulalia Álvarez del Manzano, Terele Pavez y una Emma Ozores de mirada serena. Algo que no tuvo Vera en sus ganas de sobresalir.