Juan Diego
«Tengo 16 años y voy a tener a mi hijo»
Jimena tiene 16 años y salió de cuentas el viernes. Cuando en unas horas, o días, le vea la cara a Juan Diego, su bebé, todo habrá merecido la pena. «Cuando me enteré del embarazo estaba desesperada y se me pasó todo por la cabeza. Pero el trance me ha enseñado la lección: en la vida hay momentos muy difíciles, que a veces llegan pronto, pero siempre hay una solución, aparece alguien que no te esperas».Para Jimena su «salvadora» fue su madre, pues su novio desapareció al enterarse de que estaba esperando un bebé. «Ella no se enfadó y es la que me animó a que siguiera con los libros. Me queda mucho por vivir». Este año, con el embarazo, ha estudiado desde casa, pero cuando acabe el Bachillerato le gustaría estudiar pedagogía infantil. Gracias a la trabajadora social ha conseguido ayuda para la guardería, lo que le permitirá volver a las aulas. Jimena no es la única. Paloma, de 18 años, tuvo a Gonzalo hace 6 meses. Se quedó embarazada con 16 y desde el día que se lo comunicó a su novio no volvió a saber de él: «Sin mis padres no lo hubiera hecho». Por supuesto que se pasa mal, pero, tras el «trago», su hijo es «un orgullo, una alegría. Me hace sentir bien conmigo misma, porque en él veo que esto lo he conseguido gracias a mi esfuerzo». El impacto de la noticia les hace madurar de repente: «Pasé de adolescente rebelde, que sale mucho y se pelea con sus padres, a sacar una vida adelante», cuenta Paloma. Pero no siempre se encuentra un apoyo en los progenitores. Andrea Sánchez tiene 18 años recién cumplidos y un bebé de cuatro meses. Cuando supo que se había quedado en estado era menor de edad: «No he terminado la ESO y mi novio, que tiene 23, está desempleado». Con todo en contra, decidió tener a su hija. «No creo que yo sea quién para decidir quitarle la vida a un niño», explica. Sin embargo, la joven no contó con la aprobación de sus padres: «Me decían que era muy joven, que aún tenía mucho que estudiar y la vida por delante». Por ello, Andrea no está de acuerdo con la propuesta que permite que, desde los 16 años, se pueda abortar sin el consentimiento de los padres, pese a que ella representa el ejemplo contrario al de las «interferencias» paternas explicadas por Zapatero.Arrepentida Quien sí abortó fue Ana, que se quedó embarazada con 15: «Me presionó mi novio». Ahora, con 25 años y tres hijos de ese mismo hombre, no lo olvida: «Me acuesto por la noche y empiezo a dar vueltas a la cabeza sobre cómo sería, qué edad tendría ahora, y me pongo a llorar. Tener más hijos no lo arregla. Necesitas a ese niño que no tuviste», cuenta.Y es que, como dice Paloma: «A todas las mujeres que se quedan embarazadas las animo a seguir, porque luego merece la pena. No abortar es la única forma de no arrepentirte».
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