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¿Por qué la OTAN no está en “muerte cerebral”?

Macron hosts President of Tadjikistan Emomali Rahmon
El presidente francés, Emmanuel Macron, a las puertas del ElíseoHenri SzwarcHenri Szwarc

En una entrevista a LA RAZÓN el experto en seguridad y defensa del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales en Oslo, Karrsten Friis, da su respuesta a las afirmaciones del presidente francés, Emmanuel Macron, en referencia a la Alianza Atlántica, de la que dice “se encuentra en muerte cerebral”. Friis entiende que esta coalición todavía tiene mucho que ofrecer.

La OTAN está en "muerte cerebral", como dijo el presidente Macron?

No, esa no es una descripción que no es en absoluto precisa. Y tampoco es una afirmación muy sabia. No sé en qué estaría pensando Emmanuel Macron. Puede haber algunas diferencias políticas entre los miembros de la alianza, pero la OTAN es una organización muy vibrante y necesaria. Lo único que consigue el presidente francés con esta afirmación es crear nuevas tensiones.

¿Cuál es la misión de la Alianza Atlántica una vez terminó la Guerra Fría?

Los primeros años de la OTAN sirvieron para democratizar las Fuerzas Armadas en los países de Europa del Este y para estabilizar la región de los Balcanes. Después de la invasión rusa de Ucrania y la anexión de Crimea, la Alianza ha vuelto a su misión original: la defensa colectiva.

¿Cómo afectó la ofensiva de las fuerzas turcas en el norte de Siria a la Alianza?

Ha sido, indudablemente, todo un reto político. Pero Turquía lleva siendo un desafío en la OTAN desde hace mucho tiempo. De hecho, muchos aliados han dado asilo, por ejemplo, a oficiales turcos acusados de participar en el intento de golpe. Este tipo de situaciones son bastante excepcionales dentro de una alianza.

¿Es viable la disolución de la OTAN y la construcción de un Ejército europeo?

No. El Congreso de Estados Unidos apoya firmemente la Alianza Atlántica. Y el mismo apoyo podemos encontrar en el secretario de Estado, Mike Pompeo, e incluso en el presidente Donald Trump. Además, a Europa le llevaría décadas crear un Ejército europeo propio y creíble. Las discrepancias deben abordarse para evitar el desgaste del principio de solidaridad que rige la Alianza.