Internacional

Las protestas se desinflan en Francia

El principal sindicato, la moderada CFDT, no participa en la cuarta jornada de movilizaciones tras sentarse a negociar con el Gobierno concesiones a la reforma de las pensiones

Los manifestantes lanzan antorchas durante la protesta celebrada ayer en Marsella contra la reforma de las pensiones/EFE
Los manifestantes lanzan antorchas durante la protesta celebrada ayer en Marsella contra la reforma de las pensiones/EFEFrancois MoriAP

El año 2020 ha empezado en Francia tal y como acabó 2019: con gran movilización en la calle, un pulso de alto voltaje entre Gobierno y sindicatos que parece no tener fin y una sociedad que vive todo ello entre el hastío y la resignación. Profesores, abogados, ferroviarios y médicos han sido los principales colectivos movilizados este jueves en una nueva protesta nacional contra la polémica reforma de las pensiones de Macron, la primera de este año que ya es la cuarta a nivel nacional desde que comenzara la huelga hace más de un mes. Y como en las anteriores, una guerra de cifras se ha producido al final de la jornada, especialmente en lo que respecta al número de manifestantes en París. Apenas 56.000 según el ministerio del Interior, una cifra que eleva hasta 370.000 manifestantes la CGT, el sindicato más combativo contra Macron.

Si se hace caso a los datos aportados por Interior, este jueves se habrían manifestado en toda Francia 452.000 personas, lo que supondría un sensible descenso respecto a las anteriores jornadas de movilización como la del 5 de diciembre cuando censó a 806.000 manifestantes. A media jornada, fuentes sindicales explicaban que un 66% de los conductores de trenes y transporte público habían secundado la jornada de paro. La exigencia en las calles ha vuelto a ser la misma que en las jornadas de protesta anteriores: la retirada completa de la reforma, proyecto capital de la presidencia de Emmanuel Macron que pretende unificar en un régimen los 42 diferentes que hasta ahora han configurado el complejo sistema de pensiones galo. Según palabras del mandatario, un sistema “más justo” en el que cada euro cotizado genere los mismos derechos para todos.

Un principio con el que estaba de acuerdo en origen la CFDT, el primer sindicato de Francia de carácter reformista y moderado, que, en un principio no secundó la huelga pero acabó por sumarse tras darse a conocer que uno de los puntos de la reforma era el aumento de 62 a 64 años la edad de jubilación para percibir el 100% de la prestación. Una “línea roja” en la que coincidieron todos los sindicatos.

Ahora, en esta cuarta jornada, la CFDT ha decidido no secundar esta cuarta jornada confiando en el que el diálogo con el gobierno llegue a buen puerto y con la esperanza de que la concesión estrella del Ejecutivo sea la retirada de ese aumento en la edad de jubilación.Lo cierto es que durante el parón navideño el gobierno ha ido ofreciendo otras concesiones menores que permitirán a algunos sectores profesionales largos periodos de transición hacia el nuevo sistema. Además, hoy a instancias del sindicato reformista CFDT, el Gobierno ha convocado una reunión para perfilar la celebración de una conferencia sobre la financiación de las pensiones que aligere la transición al nuevo cálculo del sistema único que persigue la reforma. Este acercamiento entre el gobierno y los sectores sindicalistas más moderados podrían desatascar el pulso.

Manifestaciones en Francia
Manifestaciones en FranciaAntonio Cruz

El Consejo de Ministros prevé examinar la ley el 24 de enero y presentarla ante la Asamblea Nacional a partir del 17 de febrero para que se apruebe definitivamente antes del verano. Y todo ello con la vista puesta en los sondeos de opinión. Lo cierto es que tras un mes de movilizaciones, el apoyo a los huelguistas ha caído algunos puntos, pero no con tanta erosión como el gobierno pensó con su estrategia inicial. Un 61% de los franceses considera “justificados” los motivos de la huelga pero, a su vez, un 57% piden que se termine ya con ella según el último sondeo difundido por la cadena BFMTV en la víspera de esta jornada de movilización.

Sin duda el hartazgo es palpable en la ciudadanía, especialmente, entre todos los miles de trabajadores que cada mañana deben levantarse una o dos horas antes de lo habitual para diseñar su estrategia de transportes y poder acudir a sus puestos de trabajo. Tras 36 días de huelga, el paro de transporte bate récords. Se trata del más largo desde la creación de la empresa nacional de ferrocarriles en 1936.