Perú

Un culto mesiánico resurge en el Congreso peruano

Frepap no obtenía representación parlamentaria desde el año 2000, cuando cientos de personas esperaron -sin éxito- durante tres días la resurrección de su líder y profeta, Ezequiel Ataucusi

La resurrección del Frepap, el atípico partido del "mesías de los Andes"
Entrada de la sede de una iglesia de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu),Paolo AguilarEFE

Las elecciones parlamentarias del 26 de enero en Perú dieron muchas sorpresas. Como la dramática caída de la formación fujimorista Fuerza Popular, que pasó de tener 120 escaños en la anterior legislatura, a conseguir 12 en esta. Pero -quizás- la mayor sorpresa de la jornada fue la entrada en la Cámara legislativa del Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap), cuyos miembros son conocidos por vestir con túnicas, por dedicar sus sábados a realizar sacrificios (animales), y por su negativa a cortarse el pelo para no “ir contra la voluntad de Dios”.

El Frepap ha regresado con fuerza tras 20 años sin representación política. Obtuvo el 8,25% de los apoyos, lo que lo convierte en la segunda fuerza más votada, y le da 16 escaños en el Parlamento. El profesor de la Universidad Pontificia Carlos Aramburú no cree que Fremap vaya a ser muy relevante para la política nacional: “En la historia política reciente del Perú hay una fragmentación muy grande del voto. Ninguna de las formaciones políticas tiene una base social significativa, desde un punto de vista estadístico. Los apoyos de Frepap no llegan a uno de cada diez votantes peruanos. No es una fuerza mayoritaria, ni siquiera es una minoría importante”, sentenciaba el profesor Aramburú en una entrevista con LA RAZÓN.

El partido se formó sobre la “Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal”, una organización eclesiástica fundada en 1986 por Ezequiel Ataucusi, un zapatero quechua de la región de Arequipa. Su credo se fundamenta en el convencimiento de que Perú es “un país privilegiado”, que fue elegido por Dios como el “nuevo Israel”, o así lo interpretó Ataucusi tras encontrar “diversas señales en los textos bíblicos”.

El profesor Aramburú explica que Frepap “no es un partido político, es un movimiento religioso milenarista mesiánico que busca la salvación a través de la figura de la familia Ataucusi”. Los miembros del “movimiento israelita”, como se les conoce comunmente, son -generalmente- “campesinos quechua-hablantes indígenas, unas poblaciones bastante pobres y aisladas” (...) “es un movimiento religioso de base con unos rasgos muy conservadores y tradicionalistas. Son homofóbicos, reivindican un estilo de vida austero, los valores familiares, le dan mucha importancia a luchar contra la corrupción, confían en la palabra de la Biblia y en el Antiguo Testamento, (...)”, explicaba el profesor de la Universidad Pontificia de Perú.

La formación ha hecho su campaña sin propaganda electoral, sin carteles, ni presencia en los medios de comunicación, (...) Para el profesor Aramburú, “porque no tienen nada nuevo que proponer”. Y añade que, “un factor que explica el éxito del movimiento es que prohíbe el consumo de alcohol y persigue la violencia contra la mujer. Por lo que las mujeres han sido las pioneras en introducir a sus familias en el movimiento”.

La primera vez que obtuvo representación a nivel nacional fue el año 1992, cuando consiguió dos asientos en la Asamblea Constituyente, después consiguió uno en el Congreso de 1995 y dos más el año 2000. Ese mismo año los seguidores del “movimiento israelita” (que hoy se estiman entre 100.000 y 500.000) vivieron un momento muy difícil que dejaría en pausa la práctica de este credo. Convencidos de la naturaleza mesiánica de su líder, cientos de sus acólitos esperaron -sin éxito- la resurrección de Ezequiel Ataucusi durante tres días después de su muerte. La evidente desilusión tras este complicado episodio, junto a varias acusaciones de explotación infantil, el descubrimiento de cultivos ilegales de coca y escándalos de violaciones a menores, dilapidaron el movimiento hasta 20 años después, con estas elecciones.

El profesor Carlos Aramburú cree que el Frepap no tendrá mucho futuro ni trascendencia en el debate político peruano: “La evidencia es que es un grupo que depende del liderazgo de un solo líder carismático, por lo que es un grupo muy débil, que está muy fragmentado por el enfrentamiento entre los hijos de Ataucusi (Jonás y Juan). Es un grupo que no va a tener especial trascendencia, ni va a presentar demasiadas propuestas en el Parlamento. Puede ser un grupo de oposición, pero no le veo un gran futuro político”.