Francia

Bruselas responde a Sanofi que la vacuna contra el Covid-19 es un bien público

La farmacéutica francesa amenaza con dar prioridad a EE UU por su fuerte inversión en la investigación

Un empleado trabaja en el mantenimiento del material que sirve para la fabricación de la vacuna del dengue en una planta de la empresa Sanofi Pasteur.
Un empleado trabaja en el mantenimiento del material que sirve para la fabricación de la vacuna del dengue en una planta de la empresa Sanofi Pasteur.larazon

Bruselas volvió ayer a recalcar que la vacuna contra el coronavirus no puede convertirse en un arma geoestratégica, después de que la empresa farmacéutica francesa Sanofi anunciara sus intenciones de dar prioridad al suministro en Estados Unidos.

“La vacuna contra el Covid-19 debería ser un bien público mundial y su acceso debe ser equitativo y universal”, aseguró ayer el portavoz de la Comisión Europea, Stefan de Keersmaecker. El Ejecutivo comunitario organizó la semana pasada –a instancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- una conferencia de donantes en la que consiguió recaudar 7.400 millones de euros entre una treintena de países con el objetivo precisamente de que todos los ciudadanos del planeta puedan disponer de esta vacuna independientemente de su nacionalidad o situación económica, pero la negativa de EE UU a participar siembra muchas dudas sobre si esta promesa podrá mantenerse.

Para echar más leña al fuego, el director general de la farmacéutica francesa, Paul Hudson, afirmó este pasado miércoles que si hallaban la vacuna, la entregarían “primero” a EE UU, ya que este país está sufragando generosamente su desarrollo. Unas declaraciones que han caído como una bomba en Francia y que han obligado a la compañía a retractarse de sus palabras o, al menos, matizarlas. “Para nosotros sería inaceptable que haya un acceso privilegiado a tal o cual país bajo un pretexto que sería monetario”, aseguró la secretaria de Estado francesa de Economía, Agnès Pannier-Runacher.

Tras esta polvareda, Sanofi envió un comunicado en el que dejaba claro que la vacuna será “accesible para todos” aunque “la producción en suelo estadounidense estaría principalmente dedicada a Estados Unidos y el resto de sus capacidades de producción se destinaría a Europa y el resto del mundo”.

Todo parece indicar que con estas palabras la empresa farmacéutica francesa ha querido presionar a los socios europeos para que pongan más recursos sobre la mesa. Los expertos aseguran que el desarrollo de la vacuna tan solo será la primera parte del proceso y que el segundo reto llegará con su producción masiva que ningún gran laboratorio podrá llevar a cabo en solitario.

Según aseguran a LA RAZÓN los portavoces de Gavi, la Alianza de Vacunas, “no hay actualmente un sistema global para supervisar la distribución del suministro y los países que tienen la capacidad de manufacturar la vacuna a la escala requerida se sentirán presionados para que el suministro esté primero disponible para su propia población. Por eso es crucial, para la salud global y la seguridad de todos, encontrar ahora un acuerdo sobre el acceso equitativo basado en criterios de salud pública”.

Gavi es una de las asociaciones internacionales que está participando en la iniciativa de la Comisión Europea para que la vacuna sea declarada un bien público. Este organismo considera que, para el éxito de esta empresa, será esencial la puesta en marcha de “mecanismos innovadores para que grandes cantidades de fondos estén disponibles de manera rápida”.