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Armada

El jefe del Pentágono: “Estados Unidos debe estar listo para luchar y ganar en el mar a China”

Mark Esper anuncia una Armada más grande y letal que incluye el aumento de la flota para tener 355 buques de guerra

El buque de asalto anfibio "USS Kearsarge" US NAVYUS NAVY

China es el gran rival militar de Estados Unidos y para frenar al gigante asiático en una hipotética guerra en los mares, el país norteamericano tiene que hacer un gran esfuerzo presupuestario y tecnológico en los próximos años. Así lo explicó el secretario de Defensa de EE UU, Mark Esper, durante un discurso en la corporación RAND, en California esta semana. “El Partido Comunista Chino tiene la intención de completar la modernización de sus fuerzas armadas para 2035 y desplegar un ejército de clase mundial para 2049”, dijo el jefe del Pentágono.

Hasta ahora, indicó, se ha logrado financiar “con éxito tecnologías revolucionarias como la inteligencia artificial, la hipersónica, la energía dirigida y las redes 5G. También hemos logrado un progreso significativo en la recapitalización de nuestra tríada nuclear estratégica". Hay que dar un salto también en la modernización de la Armada, añadió.

Ese plan incluye un aumento de la flota de buques de guerra para llegar a las 355 unidades en los próximos años desde los 293 actuales. Para competir en un conflicto de alto nivel en el siglo XXI, dijo Esper, se necesitan “optimizar” cuestiones operativas como la “letalidad”, “la capacidad de supervivencia en un conflicto de alta intensidad”, “la adaptabilidad para un mundo complejo” y “la capacidad para proyectar poder, controlar los mares y demostrar presencia”.

Dicha flota, afirmó, no solo debe tener más efectivos humanos sino vehículos terrestres y subterráneos tripulados, y autónomos; drones de todo tipo basados en portaaviones, una fuerza submarina más grande y más capaz; y una estrategia de disuasión moderna. Para fortalecer la Armada Espero consideró que habrá que incorporar “decenas de miles de millones de dólares al presupuesto de la Marina de los EE UU” y mejorar los astilleros estadounidenses. “La futura flota estará más equilibrada en su capacidad para producir efectos letales desde el aire, desde el mar y desde debajo del mar”, añadió.

Esper puso como ejemplo un nuevo programa de fragata de misiles guiados, que produce barcos con “mayor letalidad, supervivencia y capacidad para llevar a cabo una guerra distribuida”. Además, anunció que se están realizando pruebas en el Sea Hunter, un dron trimarán de 40 metros que puede inspeccionar de forma autónoma los mares en busca de submarinos rivales durante más de dos meses.

El máximo responsable del Pentágono señaló que la región del Indo-Pacífico es el “escenario prioritario” para el ejército estadounidense. Tras destacar a China y Rusia “como nuestros principales competidos estratégicos” y señalar cómo “estas potencias revisionistas están utilizando la economía depredadora, la subversión política y la fuerza militar” para “intentar cambiar el equilibrio de poder a su favor y, a menudo, a expensas de otros”, el jefe del Pentágono matizó que “China no puede igualar a Estados Unidos en lo que respecta al poder naval”. Y añadió: “Incluso si dejáramos de construir nuevos barcos, la República Popular China tardaría años en cerrar la brecha en lo que respecta a nuestra capacidad en alta mar".

Según AP, un informe del Pentágono sobre el Ejército Popular de Liberación publicado a principios de este mes señalaba que China tiene la flota naval más grande del mundo con 350 barcos y submarinos. Aún así, enfatizó Esper, la armada china está rezagada en fuerza y capacidad. “Los números de los barcos son importantes, pero ello no lo es todo”.

No obstante, dijo, Estados Unidos debe mantener el liderazgo militar “y seguir construyendo barcos modernos para asegurarnos que seguimos siendo la mejor armada del mundo”. El secretario de Defensa defiende que hemos llegado "a un punto de inflexión” en el que “las tecnologías no tripuladas, la inteligencia artificial y las armas de precisión de largo alcance desempeñarán un papel cada vez más importante”. Por eso defiende que el ejército estadounidense, incluida la Armada, debe inclinarse “hacia ese futuro a medida que cambia el carácter de la guerra”.

Esper hizo referencia a la importancia de mantener y fortalecer la relación con los países aliados: “Que sepan que estamos comprometidos con preservar el orden internacional basado en reglas que nos han beneficiado a todos durante más de 75 años”. Acto seguido instó a un aumento del gasto en defensa a al menos el 2% del PIB y a acometer “las inversiones necesarias para mejorar sus capacidades” con el fin de “proteger nuestro intereses mutuos, preservar nuestra seguridad y defender nuestros valores comunes”.

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