Defensa

Reino Unido aumentará sus reservas atómicas hasta las 260 ojivas nucleares

Boris Johnson vira su política exterior al Indopacífico tras la salida de la UE

El primer ministro británico, Boris Johnson
El primer ministro británico, Boris JohnsonANDY RAINEFE

Desde que los británicos apostaron por salir de la Unión Europeo en el referéndum de junio de 2016, los euroescépticos han estado hablando de la nueva Global Britain cual tierra prometida en la Biblia. Faltaban, sin embargo, los detalles. Pero el Gobierno conservador de Boris Johnson desveló este martes finalmente el papel que quiere desempeñar Reino Unido en la era pos Brexit tras 47 años de pertenencia al «club» comunitario.

Estados Unidos sigue siendo el principal socio y se reafirma el liderazgo británico en la OTAN. Sin embargo, Downing Street ve ahora a Asia como el nuevo centro geopolítico del mundo, por lo que prevé un giro de su política exterior y de defensa hacia la región de Indopacífico. China es ahora el principal objetivo, aunque se asume, al mismo tiempo, que constituye «la mayor amenaza estatal» para Reino Unido.

El «premier» británico presentó en la Cámara de los Comunes la llamada «Revisión Integrada» de su política exterior y de seguridad nacional para la próxima década. El documento, de más de cien páginas, fue calificado por el Gobierno como la «mayor revisión» estratégica desde la Guerra Fría.

A diferencia de Rusia, que es vista como un Estado activamente hostil que necesita ser tratado como tal, Downing Street considera que con China se necesita un enfoque híbrido de rivalidad y cooperación. Sobre todo porque las crisis globales como el cambio climático no se pueden resolver sin Pekín. Eso sí, para fortalecer una relación comercial más estrecha con el régimen del presidente Xi Jinping, Londres intensificará la defensa en torno a las infraestructuras clave.

Para los países de Occidente, el gigante asiático plantea un dilema complejo: qué hacer cuando tu principal rival es al mismo tiempo alguien al que necesitas para prosperar. En el caso de Reino Unido, la tarea se complica aún más porque existe una división interna en el Partido Conservador. Durante el último año, los «tories» rebeldes han pedido marcar distancias con respecto al gigante asiático.

«No hay duda de que China representa un gran desafío para una sociedad abierta como la nuestra», recalcó Johnson durante su comparecencia parlamentaria. Con todo, considera que se tiene que apostar ahora por un «enfoque realista» buscando en todo momento un balance. Aunque no será fácil.

Para sellar el acercamiento al Indopacífico, Johnson realizará el próximo mes de abril un viaje oficial a India, el primero de la era pos Brexit. Además, el portaaviones «Queen Elizabeth» se desplegará por primera vez en esa región junto a los aliados de la OTAN y Reino Unido pedirá el estatus de socio de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN).

El Gobierno británico, que ya adelantó en noviembre sus planes de incrementar en 16.500 millones de libras (18.460 millones de euros) el presupuesto militar para los próximos cuatro años, quiere aprovechar este año la plataforma global que le dará su condición de anfitrión de la cumbre del G-7 en junio y de la cumbre del clima COP26, que acoge Glasgow en noviembre.

Por otra parte, el extenso documento, que identifica a Rusia como la «amenaza más aguda» para la seguridad de Reino Unido, señala que es «probable» que un grupo terrorista ejecute con éxito un ataque químico, biológico o nuclear para el años 2030.

Para enfrentarse a estas nuevas amenazas, el Ejecutivo creará un nuevo Centro de Operaciones contra el Terrorismo, donde oficiales de Policía, agentes de inteligencia y expertos legales trabajarán conjuntamente. La nueva unidad, que ya se denomina «CTOC» en los círculos policiales, es un intento de evitar las debilidades en las operaciones antiterroristas reveladas en 2017, cuando el país sufrió cinco atentados yihadistas en un solo año.

Asimismo, Reino Unido aumentará sus reservas de cabezas nucleares hasta un máximo de 260, frente al tope de 180 que se había fijado para mediados de esta década. Pese a que en 2010 el Ejecutivo propuso reducir la capacidad nuclear de 225 a 180 ojivas, «el cambiante entorno de seguridad», con un «amplio rango de amenazas», hace que eso ya no sea posible, según defiende el documento del Gobierno.

En cualquier caso, Downing Street no puede olvidarse de Europa. La «Revisión Integrada» menciona el papel de la UE en la paz y la prosperidad del Viejo Continente. Pero las relaciones con el bloque no pueden estar más deterioradas. Bruselas ha iniciado acciones legales después de que Londres haya decidido, de manera unilateral, retrasar los controles aduaneros en los puertos norirlandeses por las tensiones que estos están provocando entre católicos y protestantes en la provincia británica casi un siglo después de firmarse los Acuerdos del Viernes Santo.

Una vez ejecutado a efectos prácticos el Brexit, en lugar de mejorar las cosas, las relaciones con el otro lado del Canal de la Mancha no pueden pasar por un peor momento. Y si los problemas no se resuelven, cualquier tipo de papel de Reino Unido en el escenario mundial será mucho más difícil de mantener.