Terrorismo
El Estado Islámico cumple su amenaza y logra paralizar la industria gasística en Mozambique
Medios locales y Médicos Sin Fronteras anuncian que la empresa Total abandona sus instalaciones ante el ataque yihadista
“Si los cruzados consideran que en su apoyo al gobierno incrédulo de Mozambique protegerán sus inversiones y garantizarán la continuación del saqueo de los recursos de la región, están delirando, ya que no pasará mucho tiempo antes de que las cosas se consoliden. a favor de los soldados del Califato, con el permiso de Dios, tarde o temprano”.
Esto es lo que escribía el Estado Islámico (Daessh, Isis) en su semanario Al Naba en julio del año pasado y las noticias que llegan hoy, a través de las agencias, es que la empresa Total ha abandonado las instalaciones gasísticas en la zona de Palma tras el ataque de los yihadistas
“Total se ha ido” y ha retirado a todos sus trabajadores de la península de Afungi, a pocos kilómetros de Palma, tras el cruento ataque yihadista iniciado el 24 de marzo contra esta ciudad costera del norte de Mozambique, que cita a Médicos sin Fronteras (MSF).
El hecho es preocupante ya que supone la primera gran “victoria de Daesh tras la pérdida del “califato” en Siria y su derrota territorial. Desde entonces, ha practicado una guerra de guerrillas, sobre todo en el Sahel, siempre con el objetivo de lograr consolidar un nuevo territorio o dar un gran golpe, como el de Mozambique. Está claro que la comunidad internacional no puede permanecer al margen de un hecho tan preocupante, sobre todo por lo que supone de reforzar la moral de los terroristas.
“Había unas 8000 personas alrededor de las instalaciones de Total y ahora mismo no sabemos qué ha pasado con ellas; Total se ha ido y solo queda el ejército que está dentro de las instalaciones, aseguró hoy en una entrevista telefónica desde Pemba - capital de la castigada provincia de Cabo Delgado - Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias en el país de MSF. “La población está completamente desprotegida”, agregó.
Después de que los yihadistas atacaran la ciudad, miles de personas buscaron refugio en los alrededores de las instalaciones de Total, que lidera el multimillonario Proyecto LNG de esta nación africana para construir una planta de licuado de gas natural en la zona.
Unos días después del ataque, el 27 de marzo, la compañía ya anunció la suspensión de la reactivación del proyecto, que habían acordado pocas horas antes del ataque, y redujo al mínimo su fuerza de trabajo en la zona.
Total aseguró esta semana en un comunicado que estaba colaborando y seguía trabajando con las autoridades mozambiqueñas para las operaciones de rescate de los huidos de Palma y, de hecho, organizó este jueves junto al Gobierno la evacuación de unas 1200 personas en barco desde la península de Afungi hasta Pemba. La compañía no ha confirmado aún su retirada total, pero, tanto el periódico local “O Pais”, como el coordinador de MSF, aseguran que Total se ha ido de la península.
Al menos 9.158 personas -casi la mitad niños- habían llegado desde Palma a los distritos de Nangade, Mueda, Montepuez y Pemba, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La crisis humanitaria en Mozambique va en aumento mientras los yihadistas queman pueblos enteros, decapitan a personas, incluidos menores, y cometen otros crímenes. Al grito de “¡Alá es el más grande!”, cientos de terroristas sembraron el terror en Palma. En el ataque, según el propio Daesh, se utilizaron armas y técnicas sofisticadas. Al menos, llevaban fusiles de asalto AK-47 Kalashnikov, lanzacohetes y morteros pesados.
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