Periodismo
Solo una de cada siete mujeres periodistas mantiene su trabajo en Afganistán
Desde la llegada del poder de los talibanes y la ley sharía muchas afganas han perdido su trabajo
Las mujeres en Afganistán han entrado en un segundo plano desde la llegada de los talibanes al poder. Muchas afganas se están viendo obligadas a dejar sus trabajos, víctimas de la ley sharía y de las obligaciones de los insurgentes, quienes le privan de trabajar. Las periodistas, por ejemplo, están siendo de las más castigadas, y es que menos de 100 de las 700 mujeres que trabajan en la profesión continúan con su vida normal, mientras que el resto ha tenido que marcharse, según alerta Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Las 108 organizaciones de medios de Kabul emplearon a 4.940 empleados en 2020, incluidas 1.080 mujeres, de las cuales 700 se dedicaban al sector de la información. Solo 76 de las 510 mujeres que trabajaban para ocho de las mayores empresas privadas siguen trabajando, y 39 de ellas son periodistas. Casi todos los medios de comunicación privados dejaron de operar a medida que avanzaban los talibanes.
“El respeto de los talibanes por el derecho fundamental de las mujeres, incluidas las mujeres periodistas, a trabajar y ejercer su profesión es un tema clave”, dijo el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
Algunas de las mujeres que ya se vieron afectadas por el asalto al poder de los talibanes fueron Khadija Amin y Shabnam Dawran, famosas presentadoras de la emisora pública Radio Televisión Afganistán. Amin, por ejemplo, fue reemplazado por un funcionario talibán.
“Despojar a los medios públicos de mujeres prominentes presentadoras de noticias es una señal ominosa de que los gobernantes talibanes de Afganistán no tienen intención de cumplir su promesa de respetar los derechos de las mujeres, en los medios de comunicación o en otros lugares. Los talibanes deberían permitir que las presentadoras de noticias regresen a trabajar y permitir que todos los periodistas trabajen de forma segura y sin interferencias”, dijo Steven Butler, coordinador del programa de Asia del CPJ.
El pasado 24 de agosto, Michelle Bachelet, alto miembro en las Naciones Unidas, aseguraba que el trato de los talibanes a las mujeres y las niñas era “una línea roja fundamental”, así como “el respeto por sus derechos a la libertad, la libertad de movimiento, la educación, la autoexpresión y empleo, guiado por las normas internacionales de derechos humanos”.
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