Diplomacia

Tensión España-Arabia Saudí

El secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili (i) junto al ministro de turismo saudí, ministro de Turismo de Arabia, Ahmed Al Khateeb (d)
El secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili (i) junto al ministro de turismo saudí, ministro de Turismo de Arabia, Ahmed Al Khateeb (d)Chema MoyaEFE

Es difícil prever lo que pasará en la disputa entre España y Arabia Saudí por la sede de la OMT. Desde luego, resulta bastante increíble que España se vea en una tesitura de este tipo. No es habitual que un país quiera arrebatar a otro la sede de un organismo internacional, siendo así que la OMT se encuentra en España desde 1975. El Gobierno español debe desplegar toda su fuerza diplomática para impedir que se produzca lo que pretende Riad, aunque según parece el actual secretario general de la Organización, el georgiano Zurab Pololikashvili, está más alineado con las posiciones del país árabe.

La permanencia de la sede de la OMT en Madrid es todo un símbolo por lo que la derrota de España en este asunto sería un golpe diplomático de bastante envergadura. Hay motivos para estar preocupados y esto debería hacer reflexionar a las autoridades españolas sobre el papel que quiere representar nuestro país en la escena internacional. Se equivocan quienes piensan que el cambio de sede no tendría trascendencia alguna y que tan solo supondría una pérdida relativa de imagen para España. Es verdad que disponer de la sede de un organismo internacional dedicado al turismo, como es el caso, no otorga al país que la acoge una posición privilegiada en el sector.

Pero es innegable que perder la sede significaría abandonar una posición política y perder muchas de las oportunidades que se brindan en el sector turístico. Es de esperar que al final nada suceda y que la OMT continúe en Madrid, aunque el mero hecho de que se haya barajado la posibilidad de su traslado pone de relieve las dificultades por las que atraviesa España en el campo diplomático. Ahora solo queda realizar un intenso trabajo para impedir que se consume la pretensión de Riad. Si finamente, como cabe esperar, la sede de la OMT permanece en Madrid, más que de celebrarlo, sería necesario comenzar a construir una diplomacia que tenga verdadera capacidad de actuar en el plano internacional.