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Desempleo

El secreto de Japón: por qué es uno de los países con menos paro en el mundo

La pandemia apenas ha afectado a la economía japonesa y los datos de agosto han mostrado que la potencia asiática se mantiene con un 2,8%, con una leve reducción y con doce meses de ligera mejoría

1,93 millones de personas permanecen paradas tras este octavo mes de 2021, lo que supone una reducción de 6,3% (130.000 personas) respecto a agosto del año anterior.
1,93 millones de personas permanecen paradas tras este octavo mes de 2021, lo que supone una reducción de 6,3% (130.000 personas) respecto a agosto del año anterior.Xinhua vía Europa PressXinhua vía Europa Press

Japón es uno de los países con menos desempleo del mundo. El índice de paro en el país se mantuvo en el 2,8% en agosto tras doce meses de ligera mejoría, según informó el pasado viernes el Gobierno nipón.

1,93 millones de personas permanecen paradas tras este octavo mes de 2021, lo que supone una reducción de 6,3% (130.000 personas) respecto a agosto del año anterior. Cifras muy diferentes a las personas ocupadas (66,93 millones, con un ascenso de 170.000 personas o un 0,3% respecto al mismo mes, pero de 2020. La crisis de covid-19 apenas se ha hecho notar económicamente, y la tasa de desempleo apenas se elevó como el resto de los países.

En el país nipón, tercera economía más grande del mundo, hay más puestos de trabajo que personas buscando empleo. Por ejemplo, en el pasado mes de julio, hubo 115 ofertas de trabajo por cada 100 japoneses en el país. En febrero de 2020, la tasa de paro era de un 2,4%, y el máximo que ha alcanzado desde entonces es el 3%.

Sin duda, la economía japonesa ha sufrido, con una caída del PIB del 7,8% en el segundo trimestre de 2020, siendo el mayor desplome en 70 años, pero ese impacto no fue tan duro en el mercado laboral. La política económica, así como factores sociales, demográficos y económicos, son algunas de las determinaciones que ha hecho que Japón no tenga unas consecuencias económicas tan graves como el resto de países o grandes potencias. En España, por ejemplo, el mercado laboral registró una caída récord del paro en septiembre, con 76.113 desempleados menos que en agosto, pero actualmente tiene una tasa de paro del 14%, y una de las tasas de desempleo juvenil más altas de toda Europa.

Existe un contrato social tácito por el que las empresas mantienen el puesto de sus empleados, una tendencia reforzada por sólidos precedentes legales que impiden que las empresas despidan trabajadores a menos que puedan demostrar que no tienen otra opción. Las compañías no dejan de ser exigentes con sus empleados, pero las jornadas laborales tan largas tienen como recompensa que las empresas proporcionen seguridad a cambio. Y en muchos casos, de por vida. Así, durante la pandemia, empresas y empleados ajustaron horas y la mayoría puso a sus trabajadores en situación de paro temporal, solo por necesidades, con un salario del 60% de acuerdo a la ley japonesa, tal y como recoge The New York Times.

Subsidios y préstamos

El gobierno japonés también puso en marcha un completo paquete de estímulos, al igual que sus homólogos europeos y norteamericanos, que incluía subsídios y ayudas (como Europa o Estados Unidos). La transformación digital está permitiendo mantener niveles de empleo en muchos sectores y acelerando dos pilares básicos del mercado laboral japonés: la antigüedad y el empleo vitalicio, características que han obstaculizado su fluidez.

A pesar del coronavirus, Japón ha sido fiel a su estilo y además, evitó un pico devastador en los casos de coronavirus, lo que le ha permitido mantener buena parte de su economía abierta. En 2020, algunas empresas cerraron voluntariamente (por petición del gobierno) durante mes y medio, aunque la celebración de los Juegos Olímpicos provocó que el país estableciera un nuevo estado de emergencia. Hoy, por ejemplo, Tokio, ha confirmado menos de cien casos diarios de coronavirus por primera vez desde noviembre de 2020, en medio de los avances en la campaña de vacunación y tras un repunte coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos entre julio y agosto.

Muchos trabajadores temporales, que perdieron sus trabajos en 2020, han optado por abandonar la búsqueda de empleo. Pero la poca flexibilidad en el mercado de trabajo, se ha intentado paliar en las últimas décadas para permitir a las empresas ajustar el empleo en función de la coyuntura económica, lo que ha llevado a inflar la dualidad. Empresas optaron por contrataciones de trabajadores temporales, con contratos de larga duración, salarios más bajos y menos seguridad. El mercado es relativamente rígido, pero su tecnología avanzada provoca una de las más cercanas al pleno empleo. Una demanda anémica, ausencia de inflación, crecimiento débil o una elevadísima deuda pública también se esconden en las buenas cifras de desempleo. No todo es oro lo que reluce, pero de esta forma, el mercado japonés es uno de los más cercanos al pleno empleo.