Ampliación

¿A qué se comprometen Suecia y Finlandia con Turquía para entrar en la OTAN?

El pacto prevé la reanudación de la venta de armas, la extradición de presuntos terroristas y el fin del apoyo a las milicias kurdas que controlan el norte de Siria

La primera ministra sueca, Magdalena Andersson, saluda a Recep Tayyip Erdogan antes de su reunión este martes en Madrid
La primera ministra sueca, Magdalena Andersson, saluda a Recep Tayyip Erdogan antes de su reunión este martes en MadridHenrik MontgomeryAgencia AP

Tras un mes de contactos diplomáticos en Ankara, Bruselas y Madrid, los Gobiernos de Suecia, Finlandia y Turquía lograron superar las diferencias que amenazaban con bloquear “sine die” la ampliación al norte de la OTAN. Una imagen de división que los aliados querían evitar a toda costa en plena confrontación con Vladimir Putin y la invasión rusa de Ucrania como telón de fondo. Estos son los principales compromisos del memorándum que Recep Tayyip Erdogan ha arrancado a la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y al presidente finlandés, Sauli Niinistö, para levantar su veto a su adhesión.

  • Dejar de dar apoyo a las Unidades de Defensa del Pueblo (YPG), la milicia kurda que lucha en el norte de Siria, o al Partido de la Unión Democrática (PYD), el partido político que dirige el gobierno en la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria, así como al movimiento del clérigo exiliado en EE UU Fethullah Gülen, a quien Ankara acusa de golpe de Estado fallido de 2016
  • Reanudación de las ventas de armas a Turquía (que Suecia había detenido).
  • Manejar las solicitudes de extradición de Turquía para las personas sospechosas de terrorismo “de manera rápida y exhaustiva, teniendo en cuenta la información, las pruebas y la inteligencia proporcionada por Turquia”.

Esto, junto con un compromiso de cooperación de inteligencia con Turquía y una fuerte declaración de que el PKK es un grupo terrorista, contribuye en gran medida a cumplir las cinco demandas que Turquía publicó a finales de mayo para dar su luz verde a la adhesión de los dos países nórdicos.

La oficina de Erdogan elogió esta miércoles el acuerdo y se felicitó de que Ankara había “obtenido lo que quería”.

El cambio más llamativo en el lenguaje utilizado en el memorándum de entendimiento es que no describe al PYD, YPG o al movimiento Gülen como grupos terroristas. Turquía insistió originalmente en referirse al PKK/PYD como una sola entidad. Trató al PYD, que ha cooperado estrechamente con EE UU en el combate contra el Estado Islámico y ha recibido un fuerte apoyo de Suecia, como uno y lo mismo que el PKK, que Suecia, junto con EE UU y el resto de la UE, incluyen en la lista de organizaciones terroristas.

Según Ann Linde, ministra de Exteriores de Suecia, poner fin al apoyo de Suecia al PYD no significa que dejará de brindar apoyo humanitario a los kurdos en el norte de Siria. “Hemos acordado que Suecia y Finlandia no apoyarán a estas organizaciones de ninguna manera que afecte la seguridad de Turquía, como armas o dinero”, dijo a Radio Suecia. “Y no hacemos eso hoy de todos modos”.

Primeros resultados

Lo más obvio es que Turquía ha abandonado su objeción a que Suecia y Finlandia se conviertan en miembros de la OTAN. Los 30 embajadores de la OTAN invitaron este miércoles formalmente a Suecia y Finlandia a convertirse en miembros de la organización militar.

Sin esperar si quiera a que el acuerdo entrar en vigor, el miércoles por la mañana, el ministro de Justicia de Turquía, Bekir Bozdag, dijo que ahora Turquía solicitará la extradición de 12 sospechosos de Finlandia y 21 de Suecia que son miembros del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o presuntos miembros de un grupo liderado por Gülen.

Debate político en Suecia

A menos de tres mese de las elecciones generales, la adhesión a la OTAN tras 200 años de neutralidad es uno de los temas que domina la precampaña. El compromiso alcanzado con Turquía recibió el apoyo de la oposición de centro derecho, pero ha sido recibido con numerosas críticas por verdes y el Partido de la Izquierda, socios parlamentarios del Gobierno socialdemócrata en minoría.

“Es un día oscuro en la historia política sueca en el que necesitamos negociar con un dictador islámico”, en alusión a Erdogan, declaró la diputada independiente de origen kurdo-iraní Amineh Kakabaveh a la televisión pública SVT. “Los kurdos han sido sacrificados en este enfoque político cínico. ¿Por qué deberían sacrificarse los kurdos para ser miembro de la OTAN? ¿Por qué Suecia se inclina por Erdogan?, se preguntaba la diputada.

Por su parte, la colíder de Los Verdes, Märta Stenevi, calificó los cambios en las exportaciones de armas y las extradiciones como “extremadamente preocupantes” y anunció la decisión del partido de pedir la comparecencia parlamentaria de la ministra de Exteriores, Anne Linde.

Håkan Svenneling, portavoz de política exterior del Partido de la Izquierda, dijo que el acuerdo marcó un “cambio importante” en la política exterior sueca que “no era del todo transparente”. “Necesitamos descifrar qué significa realmente el acuerdo, ya que hasta ahora no está completamente claro”, dijo.

Pese a todo, lo izquierdistas declinan someter a una moción de confianza a la ministra de Exteriores a escasas semanas de la cita con las urnas. “Es difícil ver cómo se podría llevar a cabo una moción de censura, tanto prácticamente ahora que el Parlamento ha cerrado durante el verano, como cuando se trata de obtener suficiente apoyo”, reconocía Svenneling. Hace tres semanas, el Gobierno estuvo a punto de caer por la reprobación del responsable de Justicia e Interior, Morgan Johansson. Precisamente, la abstención de Kakabaveh evitó la tercera crisis política en apenas un año.