Crisis política

La adhesión a la OTAN y el Gobierno sueco, en manos de una diputada de origen kurdo

Amineh Kakabaveh exige rechazar las demandas de Erdogan para no apoyar una moción de confianza contra el ministro de Justicia e Interior

Amineh Kakabaveh militó en una organización kurda en Irán antes de huir a Suecia con 19 años
Amineh Kakabaveh militó en una organización kurda en Irán antes de huir a Suecia con 19 añosTwitterLa Razón

Apenas un año después de una histórica moción de censura que tumbó por primera vez a un Gobierno en Suecia, el país nórdico se precipita a otra incierta crisis política a tres meses de las elecciones generales y en plena negociación de adhesión a la OTAN. La reprobación del ministro del Interior, Morgan Johansson, por la oposición de centro derecha amenaza con tumbar al Ejecutivo si sale adelante en el “Riksdag” (Parlamento) este martes. Magdalena Andersson amenaza con dimitir si cae su ministro. “Las decisiones políticas que tomamos en Suecia, las hacemos juntos en el Gobierno. Y si destituyes a un ministro por decisiones políticas, entonces, por supuesto, eliminas a todo el Gobierno. Es una cuestión de rutina”, explicó el jueves.

La líder socialdemócrata acusó a la oposición de irresponsable por poner en peligro la estabilidad política del país en medio de la guerra de Ucrania y las negociaciones de adhesión de Turquía a la OTAN. “Es completamente irresponsable, es algo nunca visto. No es el momento para juegos políticos. Esto es peligroso de verdad”, lamentó Andersson.

Como demostró la accidentada investidura de Andersson en noviembre, que en cinco días fue elegida dos veces por el Parlamento tras ver rechazados los Presupuestos y perder a sus socios ecologistas por el camino, las ajustadas mayorías de la Cámara colocan al Gobierno socialdemócrata en minoría en cada agónica votación. En esta ocasión, la moción de censura contra el ministro presentada por la extrema derecha contará con el apoyo de conservadores, democristianos y liberales. En total, 173 diputados, dos menos para que salga adelante. En contra votarán socialdemócratas, verdes, centristas y el Partido de la Izquierda, que suman 175.

Los centristas, que hasta esta legislatura formaban parte del bloque de derechas, vuelven a salir en auxilio de los socialdemócratas al rechazar la reprobación de Johansson. “El Gobierno necesita hacer mucho más para aumentar la seguridad de las personas. Pero no se logra a través de un juego político que no resuelve ningún problema a 100 días antes de las elecciones”, lamentaba la líder del partido Annie Lööf.

Sin embargo, esta diferencia de dos votos se reduciría a uno si la diputada independiente Amineh Kakabaveh se suma a la oposición. Kakabaveh, una iraní de origen kurdo que huyó a Suecia a los 19 años tras militar en en una milicia prokurda donde recibió entrenamiento militar, condiciona su voto a que Andersson no claudique a las demandas turcas para levantar su veto a la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN. Su disputado voto coloca a los socialdemócratas en un callejón sin salida. Si no aceptan las condiciones de la antigua diputada del Partido de la Izquierda, se arriesgan a la caída del Gobierno si uno de los diputados de sus aliados cambia el sentido de su voto. En cambio, si aceptan las condiciones de Kakabaveh, Suecia se arriesga a enfurecer a Erdogan y quedar fuera de la Alianza Atlántica.

“Suecia retirará su solicitud de la OTAN si depende de nosotros cobardemente sentados en silencio y cumpliendo con las demandas de Erdogan. Es vergonzoso y repugnante”, asegura la diputa, que exige que se mantenga el embargo de armas a Turquía y no se declaren organizaciones terroristas a grupos kurdos como el YPG, que opera en el norte de Siria. “Para mí, se trata de principios. Cuando sus miembros vengan a Suecia, los etiquetaremos como terroristas porque Turquía lo quiere. Creo que es indigno. Soy miembro del Parlamento sueco y no tengo intereses kurdos, pero me interesan los derechos humanos y la solidaridad”, explicaba en una entrevista. La diputada forma parte de la lista de militantes kurdos cuya extradición reclama Ankara por apoyar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización considerada terrorista por Turquía la UE y Estados Unidos.

Kakabaveh fue elegida diputada en las elecciones 2018 en las listas del Partido de la Izquierda, pero un año después abandonó el grupo parlamentario por discrepancias políticas y pasó a ser independiente. Tras la moción de censura del año pasado, solo aceptó apoyar de nuevo al Gobierno después de que los socialdemócratas le prometieran varias concesión en relación a los kurdos.

Mientras, el líder de la oposición, el conservador Ulf Kristersson, echó en cara a la primera ministra amenazar con una innecesaria dimisión en bloque del Gobierno solo para no relevar a su ministro del Interior. “Para salvar a Morgan Johansson, ahora está haciendo exactamente lo que ella y yo prometimos al pueblo sueco que no haríamos cuando acordamos hace un par de semanas liderar conjuntamente a Suecia en la OTAN”, lamentó.

El líder del Partido Moderado justifica su apoyo a la reprobación del ministro presentada por los ultraderechistas Demócratas Suecos (SD), la tercera fuerza del Parlamento, porque en lo que va de año han muerto 31 personas en tiroteos. “El doble que en la misma época el año pasado. Las plazas carcelarias son tan pocas que los delincuentes condenados están en libertad y cometen nuevos delitos mientras esperan el castigo. Las mujeres son asesinadas por hombres, que deberían haber sido detenidos”, expuso Kristersson, que utilizará el aumento de los delitos cometidos por las bandas de crimen organizado en Suecia como principal arma arrojadiza en la campaña electoral.

Este domingo, durante un debate en al cadena privada TV4, la líder democristiana, Ebba Busch, se comprometió a no presentar ninguna moción de censura contra el Gobierno de aquí a las elecciones del 11 de septiembre si dimite el ministro del Interior. “Obtiene toda la ayuda que necesita para llevar la solicitud de la OTAN a buen puerto, pero Morgan Johansson debe irse”, aseguró Busch.