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21 Muertos en protestas islamistas por una ley antiblasfemia en Bangladesh
Al menos 21 personas han muerto y cientos más han resultado heridas durante dos días de protestas en Bangladesh, donde los integristas quieren una aplicación más estricta del islam, con una ley antiblasfemia y la segregación del hombre y la mujer.
Al menos 21 personas han muerto y cientos más han resultado heridas durante dos días de protestas en Bangladesh, donde los integristas quieren una aplicación más estricta del islam, con una ley antiblasfemia y la segregación del hombre y la mujer.
Las manifestaciones, secundadas por decenas de miles de personas, comenzaron el domingo en Dacca y esta jornada se extendieron a la vecina ciudad de Narayanganj, en la que han fallecido al menos ocho personas, según el portal virtual bangladeshí Bdnews24.
El domingo se produjeron ya enfrentamientos violentos entre manifestantes islamistas y las fuerzas del orden en el barrio capitalino de Motijhil, que llevaron a las autoridades a expulsar de madrugada de esa zona a los activistas.
A mediodía local de hoy, la situación era "casi normal"en la zona metropolitana, dijo el inspector general de la Policía de Bangladesh, Hasan Mahmod Jandker, a los medios locales.
No obstante, por la tarde se registraron nuevos enfrentamientos en la ciudad portuaria de Chittagong (sureste del país), que causaron seis muertos y medio centenar de heridos, según el diario "The Daily Star".
Entre los fallecidos hasta ahora predominan los manifestantes, aunque también figuran al menos cuatro miembros de distintos cuerpos de seguridad bangladeshíes.
Las autoridades han impuesto el toque de queda hasta la medianoche de hoy.
Las protestas están lideradas por Hefazat-e-Islam (HI), una organización religiosa de profesores y estudiantes de madrasas cuyo líder, Allama Shah Ahmad Shafi, fue detenido hoy por la Policía.
Las manifestaciones dejaron incomunicada durante horas la capital de Bangladesh del resto del país y convirtieron las calles de Dacca en un campo de batalla, con el saqueo y destrucción de tiendas y cientos de coches ardiendo.
Hefazat-e-Islam publicó un manifiesto en Dacca el pasado 6 de abril en el que pedía la elaboración de una ley antiblasfemia y otorgó de plazo al Gobierno hasta ayer, 5 de mayo, para decretarla.
El Gobierno de la primera ministra bangladeshí, Sheij Hasina, de la Liga Awami, no dio su brazo a torcer y por eso los islamistas tomaron ayer la capital.
Los integristas reclaman la ley antiblasfemia para acallar a los que ellos llaman "blogueros ateos".
Estos blogueros han pedido en la red durante los últimos meses la pena de muerte para cabecillas islamistas condenados por crímenes de lesa humanidad en la guerra civil que desencadenó la independencia de Bangladesh de Pakistán en 1971.
Ahí es donde nace el actual conflicto entre los integristas islámicos y el Gobierno de un país donde el 90 % de la población es musulmana, aunque con una tradicional moderación y tolerancia religiosa.
Hasina, hija de uno de los padres de la patria, se propuso al inicio de su legislatura (2009) llevar a juicio a los supuestos responsables que perpetraron crímenes contra la humanidad en la guerra de la independencia.
En aquel conflicto murieron, según algunas estimaciones, unos tres millones de personas y cientos de miles de mujeres fueron violadas.
De esta manera se creó en 2010 un tribunal de crímenes de guerra, donde en la práctica la mayor parte de los imputados -y los tres condenados hasta la fecha- han sido cabecillas de Jamaat-e-Islami (JI), el principal partido religioso del país.
Desde entonces, se han repetido las protestas islamistas en Bangladesh y al menos 120 personas han muerto en ellas.
Al mismo tiempo miles de personas tomaron de forma pacífica la zona de Shahbag, en el centro de Dacca, durante semanas para pedir una pena más severa contra uno de los condenados.
Los blogueros desempeñaron un papel importante en este movimiento y cuatro de ellos fueron detenidos por "herir los sentimientos religiosos"al pedir la prohibición de Jamaat-e-Islami, lo que puede acarrear diez años de cárcel.
El Gobierno, de hecho, aprobó una ley en febrero que permite a la Fiscalía recurrir sentencias y que da luz verde a perseguir judicialmente a formaciones políticas, lo que se valoró como una medida contra JI y desencadenó nuevas protestas islamistas.
La líder de la oposición Jaleda Zía, al frente del Partido Nacionalista de Bangladesh y aliada histórica de los islamistas, ha exigido el establecimiento de un Gobierno interino y el adelanto de las elecciones, previstas para finales de este año o comienzos de 2014.
La tensión suele intensificarse cuando se aproximan comicios en este superpoblado país, con 150 millones de habitantes, pobres indicadores de desarrollo, graves problemas medioambientales y muy fragmentado políticamente.
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