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"Hasta 900 euros de pérdidas al día": la práctica de los clientes que desespera a una hostelera
Asegura que cada vez se está volviendo más común

La hostelería es uno de los motores sociales y económicos predominantes en cualquier ciudad o pueblo. Más allá de servir comida y bebida, bares y restaurantes son puntos de encuentro, espacios de convivencia y generadores de empleo. Sin embargo, detrás de las mesas bien dispuestas y el trato amable, los negocios hosteleros también se enfrentan a retos que ponen en jaque su rentabilidad.
Uno de esos problemas, cada vez más frecuente, son las reservas que nunca se concretan. Este fenómeno, aparentemente inofensivo para el cliente, puede acarrear pérdidas significativas para el empresario. Así lo denuncia Mamou, propietaria de un restaurante, quien asegura perder hasta 900 euros al día debido a comensales que reservaron mesa y nunca llegaron a aparecer.
En declaraciones al medio francés RTL, Mamou explica que desde hace un mes, cada noche al menos una mesa permanece vacía: "Hay un problema, porque podría ocupar la mitad de mi sala", afirma. Según la empresaria, parte de la dificultad radica en que muchas reservas se realizan a través de una conocida plataforma online, donde los nombres y la información de contacto pueden modificarse con facilidad, dificultando así identificar quién está realmente detrás de estos "clientes fantasma".
800 y 900 euros de pérdidas diarias
El impacto económico es importante. Reservar y no acudir supone que otros clientes interesados se queden sin mesa, lo que, en números, se traduce en la pérdida de entre 250 y 300 comidas. En su caso, "pueden llegar a costar entre 800 y 900 euros de pérdidas diarias", detalla. El restaurante, situado en Corbie, cerca de la ciudad francesa de Amiens, ha iniciado gestiones para determinar si otros establecimientos de la zona atraviesan el mismo problema y no descarta presentar una denuncia.
El fenómeno de las reservas fantasma preocupa cada vez más al sector, ya que afecta tanto a pequeños negocios familiares como a restaurantes de mayor tamaño.Además de la pérdida directa de ingresos, estas ausencias implican desperdicio de materia prima, tiempo de personal y huecos en la planificación diaria. En otros países, algunos restaurantes han optado por sistemas de prepago o depósitos para asegurar la asistencia, pero no todos los empresarios están dispuestos a aplicarlos por temor a perder clientes.
Mientras busca una solución definitiva, Mamou ha optado por un método más tradicional: llamar por teléfono para confirmar las reservas. No obstante, admite que esta medida también conlleva un coste en tiempo y esfuerzo: "¿Ves el trabajo extra que eso genera? Creo firmemente en la confianza en la gente. Si la cosa llega a este punto, prefiero dejar mi trabajo", declaró a RTL.
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