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Al Libi, un filón para la Inteligencia de Estados Unidos

La Razón
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Las autoridades de EE UU comenzaron ayer el interrogatorio a Nazih al Ruqai, más conocido por su «nombre de guerra» dentro de Al Qaeda –Abu Anas al Libi–, capturado el sábado en su residencia de la capital libia por la unidad de operaciones especiales «Delta Force». Al Libi fue trasladado desde Trípoli en helicóptero al «USS San Antonio», desplegado en el Mediterráneo. En agosto se filtró que este buque de asalto anfibio con más de 300 marines a bordo se quedaba en la región por una posible guerra en Siria, pero lo cierto es que la operación ya estaba en marcha. Al «USS San Antonio» se ha unido el Grupo de Interrogación de Detenidos de Alto Valor. Este equipo se creó en 2009 y está formado por miembros de las principales agencias de Inteligencia estadounidenses, como la CIA y el FBI, así como de personal experto del Pentágono. Eso sí, en sus interrogatorios no es necesaria la presencia del abogado del sospechoso. La Administración Obama ya recurrió a este grupo para interrogar a Dzhokhar Tsarnaev, el menor de los hermanos que perpetraron el atentado de Boston en abril.

Estados Unidos mantiene un ferviente pulso con Al Qaeda. Desde que descabezara a la organización, cuando abatió a Osama Bin Laden en mayo de 2011, ha dado importantes golpes al grupo terrorista. No obstante, extraña que esta vez EE UU no haya optado por matar a Al Libi, considerado uno de los cerebros de los atentados de 1998 contra las embajadas estadounidenses de Kenia y Tanzania que causaron la muerte a más de 200 personas. En las últimas operaciones, el Ejército ha utilizado «drones», como ocurrió en julio para acabar con Said al Chehri, el «número dos» de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP); o dos años antes con Anwar al Awlaki, portavoz y líder de la organización en Yemen. Que Al Libi siga con vida es, en palabras de «The New York Times», porque se trata de una «mina de oro» para la Inteligencia estadounidense. Según explica a LA RAZÓN, Óscar P. Ventura, experto en terrorismo yihadista, Al Libi «ha estado muy cerca de Al Qaeda y Osama Bin Laden, tanto que llegó a pertenecer a la Shura, el Consejo Consultivo, y se encargó de la seguridad personal del propio Bin Laden». Por eso, es tan jugoso para EE UU, porque «lleva muchísimos años perteneciendo Al Qaeda y no siendo un cualquiera». Aunque Al Libi ya no tuviera un importante cargo dentro de la red terrorista, sí estaría al frente de su actividad en África.

Otra de las teorías por las que la Administración Obama no recurrió al uso de «drones» es que Al Libi no vivía escondido en un inhóspito desierto, sino en un barrio de clase alta de Trípoli. A tan sólo unas manzanas de la zona de embajadas internacionales. Hubiera sido prácticamente imposible no evitar los injustamente llamados «daños colaterales». Por eso, fue necesario recurrir a los «Delta Force». Desde Libia, el jefe del Comité de Seguridad de Trípoli, Hashim Bishar, indicó al diario «Libya Herald» que fueron libios y no estadounidenses los que se encargaron de capturar al terrorista. El periodista Ashraf Abdul Wahab, a quien hizo esas declaraciones, reconoce a este periódico que Bishar se basa en sus propias investigaciones, así como en lo que contó la mujer de Al Libi. «Estaban enmascarados, pero ella pudo escuchar cómo le decían a su marido, con acento libio: 'Súbete al coche, súbete'». Puede que los mandos de élite de EE UU también aprendan árabe, o puede que Bishar esté intentando endulzar una auténtica injerencia internacional. Wahab reconoce que la opinión pública libia está muy descontenta con la laxa respuesta del primer ministro, Ali Zeidan, a la incursión estadounidense en plena capital de Libia. «Parece un Gobierno frágil. Además el primer ministro se ha ido de viaje a Marruecos y las explicaciones que ha pedido a Washington han sido a través de un comunicado, un papel». Como ejemplo del débil Gobierno interino, el reportero añade que el mismo Al Libi acudió al Ministerio de Justicia para entregarse hace un año. «Sólo pidió ser juzgado en Libia, que no le extraditaran a Estados Unidos».