Elecciones

El populismo acecha Colombia

Los colombianos deciden hoy su futuro entre el izquierdista Gustavo Petro, que propugna un cambio de modelo, y el imprevisible millonario Rodolfo Hernández

Gustavo Petro señala a su contrincante Rodolfo Hernández por representar a los sectores más conservadores. Y este acusa al izquierdista de querer conducir a Colombia al comunismo
Gustavo Petro señala a su contrincante Rodolfo Hernández por representar a los sectores más conservadores. Y este acusa al izquierdista de querer conducir a Colombia al comunismoMartin Mejia, Fernando VergaraAgencia AP

En las elecciones presidenciales de Colombia la bandera que más se disputa es la del cambio. Gustavo Petro señala a su contrincante Rodolfo Hernández por representar secretamente a los sectores más conservadores. Y este acusa al izquierdista de querer conducir a la nación al comunismo. Ambos son figuras antisistema, ambos generan temores y ambos están empatados en las encuestas. Por eso el descrédito del rival ha pasado a la primera línea en una batalla por las emociones del electorado: ¿Quién despierta más miedo? ¿Un ex guerrillero que se convirtió en senador o un millonario sin partido ni ideología definida?

Alena Martínez se inclina por Petro porque se ha moderado y fomentado alianzas con personas prestigiosas, además de prometer no expropiar o buscar la reelección. «Rodolfo casi no muestra sus propuestas. Creo que su campaña no era seria porque no esperaba llegar tan lejos», dice la bogotana al admitir que el de izquierdas aún genera temores. Entre los habitantes de la capital, donde Petro fue alcalde, se recuerda cómo los cambios de modelos bruscos en la manera de administrar generaron más traumas que soluciones.

Jaime Alvarado votará a Petro. Cree que con él habría mayor gobernabilidad y se evitaría un estallido social, pues es un político con experiencia. «No es perfecto. Me preocupa que tome decisiones impulsivas o que no funcionen. Pero Rodolfo puede ser un salto al vacío con improvisación».

Carolina Pinto vive en Bucaramanga, tierra de Hernández, y lo apoya. No tanto porque crea en sus propuestas, sino porque «es la opción para evitar que Petro llegue porque eso traería confrontaciones y problemas económicos». Andrés Chirinos la secunda, convencido de que con Rodolfo «se acaba la clase política de siempre sin entregarnos a la izquierda».

Aún el viernes, Leonardo Mejías no había decidido por quién votar. «Estoy viendo cuál es el menos malo». El 45% del electorado es abstencionista y se calcula que al menos 2,5 millones de votantes son los «indecisos» ante esta segunda vuelta presidencial.

En su programa de Gobierno, Petro plantea frenar el modelo extractivista prohibiendo el «fracking» y el desarrollo de yacimientos costa afuera, no emitir nuevas licencias para la exploración de hidrocarburos ni permitir la gran minería a cielo abierto. Asimismo, plantea crear un fondo para la transición energética con recursos de las ganancias petroleras y de eliminar beneficios tributarios al sector de hidrocarburos.

Desea impulsar una política de aranceles a los bienes e insumos del agro para estimular la producción, además de renegociar los tratados de libre comercio. Plantea impulsar una industria nacional de fertilizantes e insumos y una reforma agraria que ataque la desigualdad en la propiedad y combata el latifundio.

Petro tiene un plan de «Empleo Garantizado» donde el Estado actuaría como empleador de última instancia, ofreciendo empleo a quienes no encuentren trabajo en el sector privado, con inclusión femenina y promoviendo el empleo juvenil. Su programa incluye la creación del Ministerio de Igualdad que elimine las desigualdades entre hombres y mujeres. Ellas podrán acceder con prioridad a la propiedad de la tierra, educación superior pública y gratuita y al crédito. También ha prometido llevar internet a las zonas rurales.

En materia fiscal, el aspirante se enfoca en que las grandes fortunas paguen tributos, con los dividendos siendo gravados igual que los salarios en el marco de una reforma tributaria amplia.

En seguridad, Petro buscará «desmilitarizar la vida social», eliminando el servicio militar obligatorio y la policía antidisturbios Esmad. Asimismo, propone mayor formación en derechos humanos para los oficiales y pasar a la Policía Nacional del Ministerio de Defensa al de Interior. Se ha comprometido a honrar los acuerdos de paz con las FARC y buscar una negociación «eficaz» con el ELN.

El programa de Hernández tiene 76 páginas, pero en la discusión pública han tenido mayor preponderancia las promesas populistas, grandilocuentes y estrafalarias, como garantizar la droga gratis a los adictos del país para que se desinfle el negocio del narcotráfico interno. En sus páginas hay promesas como las de alcanzar un equilibrio en la explotación de petróleo que cuide el medio ambiente, genere desarrollo social, y sirva para planificar una transición hacia la producción de otras formas de energía limpia y mejores prácticas en la explotación de los recursos mineros.

Hernández plantea convertir al país en una potencia mundial en cannabis medicinal, entregar títulos de tierra a los ocupantes rurales y otorgar créditos para el desarrollo del campo. También propone la industrialización del campo con programas de ingeniería y la ley para el uso de insumos de origen nacional.

Su programa dice que prohibirá la importación de productos cuando los nacionales sean suficientes, y que buscará bancarizar a las familias campesinas. Hernández quiere incentivar la creación de emprendimientos digitales y apoyar financieramente y en asesorías a emprendedores jóvenes y nuevos empresarios. Promete un programa de vivienda digna por «autoconstrucción» de sus beneficiarios, y una política de empleo en la que por lo menos el 50% de los cargos dentro de la administración pública sea asignado a mujeres con igualdad salarial.

Todo ello mientras buscará implementar una tarifa general de 10% en IVA –casi la mitad de lo actual–, convirtiéndolo en un único tributo al consumo del que quedarían excluidos los productos básicos. A Hernández le gustan las propuestas que se aplican a «todos». Por ejemplo, la de pensionar a todos los adultos mayores con una renta básica, aun si no cumplen con los requisitos del sistema, o garantizar que todos los estudiantes que terminen la secundaria tengan cupo asegurado en universidades públicas.

Quizás el único tema que acerca a ambos candidatos es la restauración de las relaciones diplomáticas y consulares con Venezuela. Actualmente la embajada en Bogotá está en manos del Gobierno interino de Juan Guaidó, pero en Caracas manda Nicolás Maduro. También coincidieron en evitar hablar del problema migratorio.