Oriente Próximo

La Asamblea General de la ONU pide al Consejo de Seguridad reconocer a Palestina como miembro 194

Washington sigue defendiendo que para que Palestina se convierta en miembro pleno debe hacerlo a través de negociaciones con Israel

A partir de septiembre Palestina podrá disfrutar de algunos de los derechos y privilegios que tienen los miembros de las Naciones Unidas después de que la Asamblea General aprobara este viernes una resolución que así lo confirma. El texto aprobado le pide al Consejo que reconsidere la membresía de Palestina "favorablemente" y hace hincapié en que se le permita a la Autoridad Palestina entrar a formar parte del organismo con pleno derecho porque "está calificado para ser miembro de Naciones Unidas".

La votación se ha resuelto con la oposición de 9 países, 25 abstenciones y una abrumadora mayoría de 143 países miembros a favor de que el Consejo de Seguridad recapacite sobre la integración de Palestina en la ONU. Con la decisión de ayer ha quedado claro cuál es el sentir general de la comunidad internacional respecto a la situación en Gaza.

El embajador de Israel ante el organismo, Gilad Erdan, ha querido ser lo suficiente gráfico para que su opinión llegara a todos los medios de comunicación y con una máquina de triturar papeles ha destruido una copia de la Carta de Naciones Unidas, asegurando que eso era lo que estaban los miembros "con sus propias manos. Sí eso es lo que estáis haciendo, triturar la carta de Naciones Unidas".

Por su parte, el jueves EE. UU. ya había mostrado su oposición a este proyecto. Así lo dijo el embajador adjunto norteamericano, Robert Wood, asegurando que la administración de Biden se oponía a esta nueva resolución presentada ante la Asamblea. "Hemos dejado muy claro desde el principio que hay un proceso para obtener la membresía plena en las Naciones Unidas, y este esfuerzo de algunos de los países árabes y palestinos es para tratar de evitarlo".

Washington sigue defendiendo que para que Palestina se convierta en miembro pleno debe hacerlo a través de negociaciones con Israel. Así lo hizo saber el pasado 18 de abril con su veto a los palestinos en el Consejo de Seguridad, a pesar de que el resto de los países si votaron favorablemente, y Reino Unido, Suiza o Francia se abstuvieron.

El país norteamericano ya ha dicho que, si se solicita nuevamente la integración de Palestina como miembro al Consejo, volverá a vetar su membresía porque según su misión ante la ONU, este territorio no cumple con los criterios necesarios para que se apruebe su membresía de pleno derecho, algo con lo que ayer no estuvieron de acuerdo 143 de los 193 miembros.

El texto aprobado el viernes no es el original. Fue necesario modificar algunos aspectos para la tranquilidad de EE. UU., Rusia y China. Según revelaron fuentes diplomáticas de estos dos últimos países a medios locales, ambas naciones apoyaban la membresía de Palestina en la ONU, pero les preocupaba que detallar una lista de derechos y privilegios en un anexo sentara precedentes para otros territorios.

A Rusia le preocupa lo que pueda pedir Kósovo y a China las peticiones de Taiwán. Por eso, la resolución elimina la posibilidad de que Palestina esté en ¨igualdad con los estados miembros¨, y reserva para el organismo la posibilidad de adoptar los derechos y privilegios redactados en el anexo, ¨con carácter excepcional y sin sentar precedente¨.

La primera solicitud de membresía por parte de Palestina fue en 2011. En ese momento, su presidente Abbas Mahmoud, no consiguió el apoyo mínimo de 9 de los 15 miembros del Consejo de seguridad. Un año después, los palestinos presentaron su petición ante la Asamblea General y consiguieron convertirse en estado observador de la ONU, similar al del Vaticano, un reconocimiento que se le otorgó en 2012.

Esta posición le permite izar su bandera en la sede del organismo y participar en los procedimientos de la organización, pero no les permite votar resoluciones o decisiones. A partir de septiembre, Palestina podrá entre otros derechos hablar sobre todas las cuestiones que desee y no solo las relacionadas con los palestinos y Medio Oriente, se le permitirá también proponer temas para la agenda y participar en los debates y participar en las conferencias internacionales, pero sin votar, como sí permitía el borrador original.

Además, la resolución ha tenido que tener en cuenta la normativa norteamericana si la ONU quiere que EE. UU. siga apoyándola económicamente. Según una ley aprobada en 1990, "ningún fondo autorizado para ser asignado de esta ley o cualquier otra ley estará disponible para las Naciones Unidas o cualquier agencia especializada que otorgue a la Organización de Liberación Palestina la misma posición que los estados miembros". El lenguaje es bastante amplio y aún no está claro cómo y si podría aplicarse esta legislación a partir de ahora.