Guerra

Bruselas advierte de que el veto al grano ucraniano de Polonia y Hungría es ilegal

La Comisión Europea descarta sanciones y prepara un paquete de ayuda a los países del Este para compensar la bajada de precios

Barco exportando cereales ucranianos a través del puerto de Constanza, en Rumanía
Barco exportando cereales ucranianos a través del puerto de Constanza, en RumaníaMarcel GascónAgencia EFE

La unidad de los Veintisiete respecto a la ayuda a Ucrania se resquebraja o, al menos, amenaza con hacerlo. No se trata del envío de armas o de la profundización de las sanciones sino de las consecuencias que tiene para la economía de los países limítrofes la excepción de que los productos agrícolas ucranianos puedan entrar en el mercado común libres de aranceles y restricciones.

Ucrania es uno de los principales graneros del mundo y, al inicio de la contienda, se dictaminó el fin de las tarifas a la exportación con el propósito de que los cereales del país invadido por las tropa de Putin siguieran alimentando a Asia y África. Uno de los peligros era que Moscú utilizara la amenaza de hambrunas como arma de guerra.

Pero los países del Este han visto como los productos agrícolas procedentes de Ucrania han inundado sus mercados y, con ello, han arreciado las protestas de los agricultores del país que experimentan cómo los precios a los que venden sus mercancías han caído en picado por el exceso de oferta. Este fin de semana, Polonia y Hungría anunciaron el veto a las exportaciones ucranianas y este mismo lunes Eslovaquia se ha unido a este grupo. La lista de países podría aumentar ya que Bulgaria también se lo está pensando.

Ante un tema tan delicado, la Comisión Europea ha rechazado este tipo de vetos al recordar que la política comercial es un competencia que recae de manera exclusiva en Bruselas y que, por lo tanto, ningún país puede actuar por su cuenta y riesgo sin consultar al resto.

“La política comercial es competencia exclusiva de la Unión Europea y las decisiones se toman a nivel europeo. Las acciones unilaterales no son aceptables. En tiempos tan difíciles resulta crucial coordinar y alinear todas las decisiones dentro de la UE”, ha declarado la portavoz de Comercio, Miriam García Ferrer. A pesar de esto, los portavoces comunitarios se muestran flexibles y dispuestos a dialogar con estos países para conocer el alcance de las medidas. Bruselas prefiere no hablar de sanciones por haber violado la legislación comunitaria e incluso prepara un segundo paquete de ayuda para auxiliar a los agricultores de estos países. Se espera que esta medida se presente en los próximos días y que sea refrendada por las capitales europeas lo antes posible. Hace dos semanas ya se aprobó un primer rescate de 56 millones de euros para Polonia, Hungría y Rumanía.

Bruselas no quiere hacer sangre ya que es consciente de que los Estado vecinos son los que más están sufriendo las consecuencias de la guerra y han debido responder de manera solidaria en varios frentes como el suministro de armas, la acogida de refugiados o los cortes de gas ruso. “Países como Polonia y otros fronterizos han hecho todo lo que pueden. No se trata de sancionar sino de encontrar soluciones basándonos en la legislación europea, en interés de los ucranianos y los europeo”, ha explicado Eric Mamer, portavoz del Ejecutivo comunitario.

Todo indica que la urgencia de la situación se debe al bloqueo de las exportaciones a través del Mar Negro, lo que ha hecho que el grano ucraniano se encuentre ahora almacenado en los puertos del mar Báltico y en Polonia, sin poder llegar a otros mercados del mundo. Con este cuello de botella en el Mar Negro, Putin parece estar consiguiendo lo que se propone: sembrar la discordia entre las capitales europeas y empobrecer a los agricultores ucranianos. “La consecuencia de la guerra nos afecta a todos. Rusia ha bloqueado una vez más 50 barcos en el Mar Negro con grano necesitado urgentemente. La Unión Europea apoya los esfuerzos de la ONU para continuar facilitando las exportaciones a través de los corredores solidarios , que han llevado 25.000 millones de toneladas de grano al mundo”, ha tuiteado el máximo representante de la diplomacia comunitaria Josep Borrell.

El corredor de grano respaldado por la ONU es la mayor ruta de salida de los productos ucranianos y el gobierno de Kiev está dispuesto a negociar con la Comisión Europea y los gobiernos afectados, ante el temor a que Bruselas decida la reintroducción de los aranceles. Una posibilidad que ahora mismo parece lejana, pero que puede plantearse si la situación se recrudece. El tema resulta políticamente inflamable y el ministro de Agricultura polaco se ha visto obligado a presentar su dimisión. Según los datos del ministerio de Agricultura de Ucrania, el 10% de las exportaciones agrícolas pasan por territorio polaco y el 6% por el húngaro.

La caída de las exportaciones por el veto de estos países puede hacer que los agricultores ucranianos reduzcan la superficie de sus cosechas, lo que recortaría sus ingresos en un momento especialmente delicado debido a la guerra. El país estima que la cosecha de granos en el país disminuyó un 40% en el primer año de contienda y el ritmo de siembra de trigo de invierno para la cosecha de 2023 ha sido tres veces inferior.