EE UU
Un centro de detención custodiado por caimanes, el nuevo proyecto de Trump contra la inmigración ilegal
Los primeros presos ya han sido trasladados a las instalaciones
Los caimanes de la Florida acaban de convertirse en los nuevos guardas del centro de detención para inmigrantes indocumentados en el estado del sol. Así lo muestra la imagen de varios de estos reptiles con la gorra de ICE que la cuenta oficial del departamento de Seguridad Nacional muestra en sus redes sociales. El improvisado centro se encuentra a tan solo 80 kilómetros de Mar-a-Lago, la mansión donde vive Donald Trump, y antes era un pequeño aeropuerto de entrenamiento.
"Se podrá traer a la gente, se les procesará, se les dará una orden de expulsión y luego se les podrá poner a la cola para que el gobierno federal los lleve de vuelta en avión justo en esta pista", describió con orgullo el gobernador floridano Ron de Santis. El "Alcatraz de los Caimanes", como se conocen las nuevas instalaciones, ha abierto ya sus puertas con camas para 5.000 detenidos, pero el plan es que el espacio se amplíe hasta 10.000, a medida que aumentan los arrestos.
Los nuevos inquilinos empezaron a llegar a finales de esta semana y dormirán en literas distribuidas bajo una enorme carpa con temperaturas que este verano están alcanzando casi los 38° centígrados diarios. Al calor se suma la insoportable humedad, tan característica de esta época del año, un clima difícil de soportar para el ser humano, pero perfecto para enjambres de mosquitos, pitones y otros bichos que se unirán a los caimanes que rodean la instalación. Hasta hace poco, visitar estos reptiles a bordo de una lancha era una de las mayores atracciones turísticas del territorio sureño, pero ahora será el terror de las personas sin papeles que habiten sus instalaciones.
"Les vamos a enseñar a huir de un caimán"
"Les vamos a enseñar a huir de un caimán", dijo Trump en su visita al lugar, "no corran en línea recta, corran así", se burlaba mientras movía sus manos en zigzag. Fugarse será tan difícil como lo fue en su día abandonar la prisión de Alcatraz, en San Francisco. "Claramente, desde una perspectiva de seguridad, si alguien escapa, habrá muchos caimanes con los que tendrá que lidiar", ha dicho el gobernador del estado, Ron DeSantis, "nadie irá a ningún lado si hace eso". Además, el lugar está protegido por alrededor de 100 efectivos de la Guardia Nacional, una cifra que podría aumentar a medida que lleguen más detenidos.
El centro cuesta unos $450 millones de dólares anuales a las arcas del Gobierno y según los funcionarios está preparada para soportar huracanes de categoría 2. Esta aclaración fue necesaria porque la nueva construcción se encuentra en una zona afectada por estos fenómenos meteorológicos. Sin embargo, los medios locales que visitaron la cárcel esta semana ponen en duda que realmente sea segura.
El martes, una tormenta típica de verano ya provocó inundaciones en algunas zonas, lo mostraba el periodista Jason Delgado en una publicación en su cuenta X en la que se observa como el agua se cuela en algunas zonas que aparecen inundadas y caen gotas del techo de plástico. "Miren esta entrada al estilo Jurassic Park. Muros de 9 metros, alambres de púas, guardias armados. Nada de esto existía hace una semana", cuenta también en X el famoso YouTuber conservador Benny Johnson durante una visita de prensa, "miles de mosquitos me han invadido".
Cuestionan la seguridad y salubridad de las instalaciones
El proyecto ya enfrenta la oposición de varios demócratas que el miércoles criticaron duramente la idea, asegurando que las improvisadas instalaciones no eran seguras, y atacando las condiciones de insalubridad. Los detenidos "se enfrentarán a condiciones de vida insoportables, incluyendo la exposición a patógenos mortales, la amenaza constante de inundaciones impredecibles, fenómenos meteorológicos extremos y temperaturas diarias de 32 grados centígrados con una sensación que a veces supera los 38", escribieron los legisladores en una carta dirigida a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y al director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, Tood Lyons.
Además, varios grupos ambientalistas y organizaciones en defensa de los derechos de los inmigrantes no han tardado en actuar legalmente. Ya han presentado una demanda ante el tribunal federal de Miami alegando que no se ha hecho ningún estudio sobre el impacto ambiental que el proyecto podría tener en Everglades, el territorio donde se ha levantado la prisión, en principio temporal. A su cruzada se ha unido también una tribu americana que ve el centro como una amenaza para sus sagradas tierras.
Trump ya insinuó en su día que quería reabrir la prisión de Alcatraz, en California, pero su plan no era fácil por los elevados costes que supone volver a poner en marcha la famosa cárcel, así que ha decidido crear su propio centro de máxima seguridad y darlo a conocer al mundo entero. Se han creado todo tipo de productos de Alligator Alcatraz, desde gorras y camisetas con dibujos de caimanes arrastrándose por el barro hasta jarras de cerveza por $15 dólares.