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Con la vista puesta en Suez

El precio del barril de petróleo escala, por culpa de Egipto, hasta los 110 dólares. El mercado teme que una guerra civil cierre al tráfico el canal

Con la vista puesta en Suez
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El recrudecimiento de la crisis política que vive Egipto, con el estallido de protestas y violentos enfrentamientos en las calles está muy lejos de ser un asunto que afecte únicamente al propio país o al norte de África, al menos desde el punto de vista económico. A pesar de estar al borde una guerra civil, el país de los faraones sigue siendo un punto geoestratégico de primera magnitud, dada su situación y su papel de canalizador de buena parte del comercio mundial de mercancías a través del canal de Suez.

Y entre los miles de buques que cada año pasan del Índico al Mediterráneo y viceversa a través de esta obra de ingeniería se encuentran los petroleros y buques cisterna que transportan el petróleo y el gas alrededor del globo. Por eso, los mercados contienen la respiración conforme se van sucediendo los acontecimientos, al tiempo que el precio del petróleo escala paralelamente a la tensión y a la violencia en Egipto.

Así, el barril de Brent –el de referencia en Europa y parte de Estados Unidos– subió ayer hasta los 110 dólares, al tiempo que el crudo de Texas subió hasta los 107,36 dólares. Aunque las alzas de ayer fueron tímidas –sólo 41 y 3 céntimos de dólar, respectivamente–, desde el pasado 9 de agosto la subida es ya de más de dos dólares.

Aunque el precio del petróleo se mantiene más o menos estable desde el derrocamiento del presidente Mursi el pasado 3 de julio –por entonces, el Brent cotizaba a 105,68 dólares–, el temor ahora es que la crisis egipcia termino derivando en un conflicto civil a largo plazo y de consecuencias impredecibles. Lo que sí es seguro es que una guerra civil podría poner en peligro el paso de mercancías y materias primas por el canal de Suez, o al menos generar las suficientes dudas como para encarecer el precio del petróleo y del gas. No en vano, por este estrecho pasaron el año pasado más de 144 millones de toneladas de crudo.

Aunque Egipto no es un gran productor de petróleo, sí lo es de gas, por lo que una escalada del conflicto podría llevar aparejada una subida del precio. Tras los descensos en la producción de gas registrados tras la Primavera Árabe, la producción podría caer estrepitosamente en el caso de que estallase una guerra civil, de forma similar a lo sucedido en el caso de Libia.

Para Joaquín Robles, analista de XTB, los acontecimientos de los últimos días han producido fuertes tensiones en el precio del petróleo porque hay tres tipos de petróleo y todos ellos son productos sustitutivos por lo que una fuerte subida en alguno de los tres provoca directamente una subida en el resto. «Durante estos últimos días hemos visto como agentes compradores están haciendo subir el precio descontando los riesgos que puedan acontecer». Según Robles, el escenario más favorable y que «aparte es el que pensamos que va a pasar» es que «estos conflictos se van a quedar únicamente en Egipto y que no se va a producir el efecto contagio a los países colindantes, por lo que veremos en las siguientes semanas unas leves subidas de precio, pero de una forma controlada hasta que se vayan suavizando los conflictos».

En el otro extremo está el peor escenario y el que todos los operadores y consumidores de petróleo no quieren que ocurra: el efecto contagio a los países colindantes. O lo que sería más grave aún: «Hay que tener en cuenta que Egipto controla el canal de Suez y es por donde pasa prácticamente todo el petróleo de la OPEP, y el peor de los escenarios sería que se produjera el cierre del canal, y con ello una reducción de la oferta del petróleo que a su vez generaría una subida generalizada del precio. De todas formas descartamos esta posibilidad de momento», asegura Robles.