Londres
Congresistas de EE UU reconocen que nadie vigila a la agencia de espionaje
«Se aprobaron los programas de vigilancia sin saber su uso», confiesa una representante demócrata
Las limitadas y débiles medidas anunciadas por Barack Obama el pasado viernes antes de comenzar sus vacaciones familiares de verano (principalmente una revisión de la Ley Pratriota de 2001 y de la Ley de la Inteligencia Extranjera) siguen dando que hablar. Primero fueron los periódicos estadounidenses, el «New York Times» y el «Washington Post», entre otros, los que las tacharon de insuficientes y ahora son los representes políticos los que ponen sobre la mesa los problemas reales que impiden una mayor transparencia a las labores de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). Ayer, en declaraciones al «Washington Post», dos legisladores (uno republicano y otro demócrata) contradijeron una de las máximas que hasta ahora ha defendido Obama: que tanto el Congreso como sus representantes estaban al tanto del contenido completo de los sistemas de vigilancia masivos del Gobierno norteamericano y su funcionamiento. Sin embargo, la demócrata Jan Schakowsky, miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, ha confesado que «a pesar de que es cierto que la utilización de dichos programas fue aprobada en el Congreso, esto se hizo sin tener un pleno conocimiento sobre su funcionamiento». De hecho, Shakowsky subraya que las medidas de supervisión de las labores de espionaje de la NSA «son insuficientes». Una opinión compartida por el congresista republicano James Sensenbrenner, quien aseguró al mismo rotativo que las comisiones en las que se tratan informaciones clasificadas a las que asisten miembros de la Inteligencia están diseñadas para evitar cualquier pregunta sobre el fondo de la cuestión. «En ocasiones te preguntas si estás dejando pasar temas importantes que no deberías pasar por alto», confesó Sesenbrenner. El sistema de control de las actividades de la NSA que ahora se cuestiona se basa en la muestra de confianza de los congresistas en el Comité de Inteligencia de la Cámara de los Representantes, ya que son sólo ellos los que se reúnen con los funcionarios de Inteligencia y trasladan más tarde lo tratado en el encuentro con el resto de legisladores.
La victoria de Snowden
Shakowsky explica que los trabajadores de la agencia de espionaje siempre evitan explicar determinados aspectos sobre el funcionamiento de los programas si no se les realizan preguntas muy técnicas y precisas, lo que, a su modo de ver, resulta dificultoso entender en profundidad hasta dónde son capaces de llegar.
Por otra parte, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, que permanece encerrado desde hace más de un año en la embajada de ecuador en Londres, hizo también su particular valoración de la intervención de Obama. Para él supuso la «victoria de Edward Snowden, así como la de sus seguidores». «Los planes del presidente para reformar los programas de vigilancia han validado el papel de Snowden como denunciante, porque sin sus revelaciones no habríamos conocido los programas que utiliza la NSA ni tendrían lugar las reformas. Ahora todos los ciudadanos tienen una deuda de gratitud con él», explicó en un comunicado publicado en su web.
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