
Defensa
Corea del Norte desvela sus nuevas bombas nucleares antes de su reunión con China y Rusia
Kim Jong Un presenta su nuevo misil nuclear, el Hwasong-20, justo antes de reunirse con Xi y Putin, una calculada demostración de fuerza con la que Corea del Norte busca burlar las defensas estadounidenses

Corea del Norte vuelve a la carga en la escena internacional con la presentación del Hwasong-20, un nuevo misil nuclear de largo alcance. Este movimiento, lejos de ser una simple exhibición, se interpreta como una calculada demostración de fuerza programada para coincidir con un encuentro de alto nivel entre su líder, Kim Jong Un, y los mandatarios de China y Rusia, Xi Jinping y Vladímir Putin. La puesta en escena de esta alianza tripartita, enmarcada en un desfile militar, envía un mensaje claro en un tablero geopolítico cada vez más tensionado. Este tipo de demostraciones se enmarcan en una escalada armamentística global en la que sus socios también participan activamente, como demuestra el hecho de que Rusia ha equipado su caza Su-57 con un nuevo misil de última generación.
De hecho, el corazón tecnológico de este nuevo arsenal reside en su motor de combustible sólido de alta potencia, una pieza de ingeniería avanzada capaz de generar un empuje máximo de 1.960 kilonewtons. Esta tecnología no solo impulsará al futuro Hwasong-20, sino que también se integrará en el misil Hwasong-19 ya existente, modernizando así una parte sustancial de la capacidad balística de Pionyang. Para optimizar su rendimiento, el diseño del motor emplea un material compuesto de fibra de carbono, un componente que evidencia la creciente sofisticación del programa armamentístico norcoreano.
En este sentido, la apuesta por esta tecnología no es casual. A diferencia de los proyectiles de combustible líquido, que exigen un proceso de repostaje lento y laborioso antes de poder ser disparados, los nuevos diseños permiten un despliegue mucho más rápido y sorpresivo. El objetivo estratégico es doble: por un lado, mejorar la capacidad de carga útil de los misiles y, por otro, desarrollar vectores que puedan evadir con mayor eficacia las defensas antimisiles de Estados Unidos, tal y como informan desde Interesting Engineering. Esta carrera tecnológica pone en jaque los sistemas defensivos occidentales, donde crece la preocupación por los misiles Patriot y su capacidad para neutralizar amenazas cada vez más sofisticadas.
La consolidación de una amenaza nuclear
Asimismo, este desarrollo no parte de cero, sino que se apoya en los avances previos del régimen. Corea del Norte ya cuenta en su inventario con el Hwasong-18, otro misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido con un alcance de más de 15.000 kilómetros, una distancia más que suficiente para amenazar cualquier punto del territorio continental estadounidense. El Hwasong-20 representa, por tanto, un paso más en la consolidación de una capacidad nuclear que Occidente observa con una preocupación creciente. La consolidación de esta amenaza ha provocado una fuerte reacción en la región, donde Japón ha decidido rearmarse tras décadas de una política defensiva de perfil bajo.
Además, la presentación del misil vino acompañada de otro gesto de gran relevancia: la inspección por parte de Kim Jong Un de una nueva planta automatizada dedicada a la fabricación de misiles. Esta visita subraya que el esfuerzo de Pionyang no se limita al diseño de prototipos, sino que persigue establecer una cadena de producción en serie para nutrir su arsenal de manera constante. Con ello, Corea del Norte envía un mensaje contundente sobre sus capacidades industriales y su firme determinación militar.
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