Represión en Venezuela

«Cuanta más represión, más resistencia tendrán»

Las fuerzas chavistas dispersan en Caracas la marcha opositora hacia la Asamblea Nacional. El número de víctimas mortales asciende a 38.

Un opositor, ayer, con los ojos afectados por los gases lacrimógenos durante una manifestación
Un opositor, ayer, con los ojos afectados por los gases lacrimógenos durante una manifestaciónlarazon

Las fuerzas chavistas dispersan en Caracas la marcha opositora hacia la Asamblea Nacional. El número de víctimas mortales asciende a 38.

La oposición venezolana cumplió ayer un mes de presencia continua en la calles exigiendo elecciones y que se restituya el hilo constitucional. Las dos sentencias por parte del Tribunal Supremo de Justicia con las que suprimía la inmunidad parlamentaria y quitaba las competencias a la Asamblea Nacional fueron suficientes para que comenzaran las movilizaciones. Ahora, la reciente convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar la Carta Magna de la República Bolivariana de Venezuela agitó las protestas.

La oposición rechaza de plano la convocatoria de Nicolás Maduro, pero aun así ayer el Poder Electoral recibió oficialmente de manos del presidente la propuesta, a la que dará respuesta en los próximos días para iniciar el proceso a favor de la Constituyente. Y mientras, el número de muertos y heridos sigue en ascenso, así como también el de presos políticos. En el estado de Carabobo, en el centro del país, un comerciante de origen asiático disparó a un saqueador que intentó entrar en su comercio en una revuelta que dejó varios comercios destrozados. Otras dos personas murieron cuando un autobús trató de evitar una barricada de los manifestantes en una carretera local. En Caracas, un motociclista fue arrollado por un coche que también trataba de evitar el choque contra una barricada. La víctima fue identificada como Ángel Moreira, de 21 años.

Este miércoles el Ministerio Público reconoció que al menos 31 personas han perdido la vida en incidentes vinculados a las protestas, pero extraoficialmente, y con los fallecidos de la jornada del 2 de mayo, serían 38 las personas muertas. El ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, responsabilizó a los líderes de la oposición de la violencia, pero dijo que especialmente Julio Borges era el responsable de las muertes. Por su parte, Maduro aseguró que desde la oposición política ha surgido una «insurgencia armada» y «antipopular» en contra de la República y dijo que ha dado la orden de buscar a estos grupos armados que, afirmó, se han alzado también en contra del pueblo. «Nos vamos a defender del terrorismo», aseguró en un discurso ante centenares de chavistas en el exterior de la sede del Consejo Nacional Electoral.

La manifestación opositora transitó por la Autopista Francisco Fajardo en Caracas y tenía como destino el Palacio Legislativo. A los pocos minutos de haberse iniciado, ya fue reprimida con bombas lacrimógenas, perdigones y agua por parte de la Guardia Nacional. Ante la represión, sin precedentes, de los cuerpos de seguridad, un grupo de manifestantes respondió con palos, piedras y cócteles molotov. Como respuesta se recrudeció la respuesta chavista con una nueva andanada de bombas lacrimógenas. La marcha fue dispersada y no pudo llegar a su destino.

El primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, resultó herido en el tobillo derecho luego de que una bomba lacrimógena lo golpeara. Su estado, al cierre de esta edición, es estable. También el diputado José Simón Calzadilla resultó afectado por los gases lacrimógenos.

«La represión es muy fuerte, pero mientras más represión haya, pues más resistencia encontrarán. Le lanzaban lacrimógenas a los de la ‘‘Cruz verde”, que sólo buscan ayudar. No nos cansaremos y cada vez que la oposición llame a manifestarse, allí nos tendrán, acompañándolos. No queremos constituyente, lo que queremos es votar», manifestó Mariángelica Martínez. Ramón Vélez, de 21 años, estudiante de Ingeniería en la Universidad Central de Venezuela, decidió dejar los estudios mientras «el país me necesita», relató a LA RAZÓN. Está en los grupos de respuesta a la represión y se vale de una pequeña máscara antigás y de escudos improvisados para defenderse.