Relaciones internacionales
"Diplomacia hashtag"
Las Relaciones Internacionales ya no sólo se desarrollan en cumbres. Con el 97% de los gobiernos mundiales presentes en la red social del pájaro azul, esta es el hábitat propicio para el auge de la nueva "tutiplomacia"
Las Relaciones Internacionales ya no sólo se desarrollan en cumbres. Con el 97% de los gobiernos mundiales presentes en la red social del pájaro azul, esta es el hábitat propicio para el auge de la nueva "tutiplomacia".
Ocho... nueve... diez de la mañana de un día laborable en el Despacho Oval de la Casa Blanca y el presidente aún no ha hecho acto de presencia. Porque Donald Trump, quizás el hombre más poderoso del planeta, es ser de costumbres (sedentarias, pero rutinas al fin y al cabo). Una reciente filtración de su agenda a los medios lo puso de manifiesto: el multimillonario líder se pasa el 60% del las jornadas sin hacer nada productivo. Ello si por productivo entendemos cualquier actividad que implique un ejercicio activo de sus funciones de gobierno. Al contrario. Consagra su tiempo a hablar por teléfono con sus colaboradores, a leer la prensa, a navegar por Internet, y, lo que en este caso nos incumbe, a tuitear. Nunca antes un personaje de su calibre había establecido tal dependencia de una red social y había hecho de ella su principal vía de interacción con el exterior. A través de sus mensajes en la web del pájaro azul nos enteramos de primicias como la retirada de las tropas estadounidenses de Siria, los avances con Corea del Norte o sus nombramientos de altos cargos. Trump resulta peculiar, pero a la vez es el mejor ejemplo de un paradigma, la «tuitplomacia» o «diplomacia hashtag», que ya domina el tablero geopolítico. Las relaciones internacionales, esos movimientos de ajedrez que rigen el devenir del orbe, no pueden ahora entenderse sin su reflejo en el ciberespacio. Más fascinante aún: en este siglo, muchas veces el acto virtual ha conseguido convertirse en vínculo y doctrina en sí mismo. Cada enunciado lanzado a las redes adquiere vida propia y posiciona al Estado que lo emite. Que el 97% de los gobiernos mundiales tenga presencia en Twitter demuestra el interés por cuidar esta nueva realidad sobre la cual hasta la más nimia acción es analizada con lupa. En total, el pasado año, las cuentas de los principales jefes planetarios emitieron 253.195 tuits originales con una media de 18 mil interacciones por mensaje con sus seguidores y, desde sus orígenes, todas ellas llevan casi 7 millones de comunicaciones. Semejante volumen de datos sólo es comparable al de su influjo difusor, pues casi 486 millones de personas leen –directamente– tales publicaciones. En ellas anuncian medidas, reparten felicitaciones, claman amenazas, cometen exabruptos (muy comunes, por cierto) y se publicitan. Embajadas, ministros, oficinas consulares y organizaciones transnacionales han adquirido asimismo un peso crucial en redes, de forma que sus conexiones e interpelaciones allí siempre son vistas en clave diplomática y consideradas como tales. Ello ya ha demostrado que un simple retuit es capaz de significar (de facto) el reconocimiento de un gobierno a otro, o una mera mención iniciar una guerra. En ese mundo virtual en que Trump es el rey, cuesta encontrar a España. Pero aparece; en un 30º puesto del listado de líderes con más interacciones en Twitter y el 46º de más activos en Instagram. Gracias a @sanchezcastejon.
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