Violencia doméstica
De una discusión por el mando de la tele a la tragedia: cadena perpetua para el hombre que mató a su madre en Reino Unido
El crimen se enmarca en un patrón de abusos previos y episodios de violencia continuada hacia la víctima
Surjit Singh, un hombre de 39 años, fue condenado a prisión permanente por asesinar a su madre Mohinder Kaur, de 76 años, en un brutal ataque desencadenado por una disputa doméstica aparentemente banal. El móvil del crimen se originó cuando la víctima se negó a devolverle el mando de televisión, lo que provocó un violento episodio de agresión bajo los efectos del alcohol y la cocaína.
El tribunal documentó un patrón de violencia preexistente, destacando múltiples antecedentes de maltrato que precedieron al fatídico desenlace. El acusado había manifestado previamente problemas de salud mental y conductas agresivas hacia su progenitora, incluyendo episodios de violencia física que datan desde hace varios años.
Durante el proceso judicial, se revelaron detalles escalofriantes sobre la dinámica familiar. Singh convivía con su madre y había sido su cuidador desde 2014, periodo durante el cual ejerció diferentes tipos de violencia, desde bofetadas hasta arranques de cabello. Además, los informes judiciales detallaron que previo al crimen, el acusado había consumido alcohol y cocaína en casa de su hermano. Al regresar al domicilio materno, su madre le comunicó su intención de que ya no continuaran conviviendo, lo que presumiblemente incrementó la tensión existente.
El hombre tenía antecedentes
El fallo judicial estableció un periodo mínimo de cumplimiento de quince años, reflejando la gravedad del crimen y la necesidad de proteger a la sociedad de conductas tan extremas.
La condena máxima impuesta responde no solo al acto violento en sí, sino al historial de agresiones y el contexto de consumo de sustancias. De acuerdo con el Birmingham Mail, el propio acusado reconoció haber "perdu la tête" (perdido la cabeza), expresión que utilizó para describir su estado mental durante el ataque. Las pruebas presentadas evidenciaron múltiples lesiones en el cuerpo de la víctima, corroborando la brutalidad del ataque y justificando la severidad de la sentencia.