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El dueño de un Airbnb retoca unas fotos para exigirle 12.000 dólares a su última inquilina por daños inventados: así ha acabado el pleito

La huésped, una académica londinense, desmontó la acusación con pruebas fotográficas y el testimonio de un testigo, obligando a Airbnb a rectificar y reembolsarle el dinero

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La huésped, una académica londinense, desmontó la acusación con pruebas fotográficas y el testimonio de un testigo, obligando a Airbnb a rectificar y reembolsarle el dineroEuropa Press

Airbnb se ha visto obligada a rectificar públicamente tras un grave incidente que expone vulnerabilidades en sus procesos de resolución de disputas. La protagonista es una académica londinense que fue falsamente acusada de causar daños por más de 12.000 libras en un apartamento alquilado en Manhattan, EE UU. El caso ha generado preocupación sobre el uso de tecnologías de edición digital para fabricar pruebas en conflictos entre anfitriones y huéspedes.

La académica, identificada como M.M.A. en su reclamación pública ante la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), había reservado el apartamento para una estancia de dos meses y medio, pero decidió abandonarlo antes de tiempo por sentirse insegura en la zona. Poco después, el anfitrión presentó una reclamación alegando daños en varios objetos del inmueble, incluyendo un colchón, un televisor y un robot aspirador.

“Soy usuaria de Airbnb desde hace 13 años, con un historial impecable de valoraciones positivas. Siempre he respetado las normas y me he comportado de manera educada y transparente en todas mis estadías”, declaró M.M.A. en su denuncia pública. “Frente a estas acusaciones infundadas, envié todas las pruebas necesarias para refutar tales afirmaciones. Airbnb ignoró inicialmente estas evidencias, permitiendo que una reseña calumniosa afectara mi reputación”.

La académica presentó fotografías del estado del apartamento tomadas justo antes de su salida, además de contar con el testimonio de un testigo presencial. Un análisis técnico reveló que las imágenes aportadas por el anfitrión habían sido manipuladas digitalmente, alterando el contraste y añadiendo elementos que no estaban presentes en el inmueble. A pesar de ello, Airbnb inicialmente falló a favor del anfitrión.

No fue hasta que el caso fue revisado por el equipo de Guardian Money que la plataforma reconsideró su postura. Airbnb reembolsó a la académica cerca de 4.300 euros y eliminó la reseña negativa que había sido publicada en su perfil. Además, advirtió al anfitrión sobre posibles sanciones, incluida su expulsión definitiva en caso de reincidencia.